LOCAS...PERO HONESTAS Cuando mi hija Valentina estaba de viaje por Latinoamérica, no dejamos de estar comunicadas. Así lo prometió mil veces antes de irse y cumplió dignamente… la niña mochilera. Por teléfono, por chat, las más de las veces por mail, porque era difícil coordinar horarios para el encuentro virtual. Mirándolo ahora, dos años después…bastante fluida fue la comunicación. Nos contábamos mutuamente nuestras vidas: ella sus aventuras, yo mis rutinas. Solo una vez tuvo urgencia en comunicarse conmigo…por suerte me avisaron que estaba conectada y corrí al ciber de al lado. El caso es que me explicó que necesitaba que le mandara plata. Tenían que salir de Bolivia urgentemente y cruzar a Brasil, a Campo Grande, Mato Grosso do Sul, no había tiempo de hacer dedo, así que querían comprar los pasajes de ómnibus lo antes posible. Le dije que se tranquilizara que le mandaba la plata en unas horas y como siempre, le enviaba un mail avisándole los detalles...
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