LOCAS...PERO HONESTAS
Cuando mi hija Valentina estaba de viaje por Latinoamérica, no dejamos de estar comunicadas. Así lo prometió mil veces antes de irse y cumplió dignamente… la niña mochilera. Por teléfono, por chat, las más de las veces por mail, porque era difícil coordinar horarios para el encuentro virtual.
Mirándolo ahora, dos años después…bastante fluida fue la comunicación. Nos contábamos mutuamente nuestras vidas: ella sus aventuras, yo mis rutinas. Solo una vez tuvo urgencia en comunicarse conmigo…por suerte me avisaron que estaba conectada y corrí al ciber de al lado. El caso es que me explicó que necesitaba que le mandara plata. Tenían que salir de Bolivia urgentemente y cruzar a Brasil, a Campo Grande, Mato Grosso do Sul, no había tiempo de hacer dedo, así que querían comprar los pasajes de ómnibus lo antes posible.
Le dije que se tranquilizara que le mandaba la plata en unas horas y como siempre, le enviaba un mail avisándole los detalles del giro. Poca plata, “con 100 dólares nos arreglamos lo más bien”. “Bueno, si vos decís”…dije yo y me fui a DHL del Shopping. Me atendió un muchacho muy amable al que se le complicó un poco encontrar el inusual lugar de envío…Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, pero finalmente lo logró. 100 dólares le mandé. Pagué, guardé el comprobante en la mochila y volé a casa para investigar en la red en qué Banco se podía cobrar, y mandarle un mail a Valentina con todos los datos del giro. Lo usual. Al otro día (era sábado) a eso de las 9 de la mañana suena el teléfono y una operadora me pregunta si acepto una llamada por cobrar de Valentina…”si, claro, acepto”, dije yo, como si estuviera dando el sí ante el cura párroco (y temblando ante lo que podía escuchar del otro lado):
- Mamá, hola Mamiiiiiii, cómo estás?...no sabés lo que me pasa…
- ¿Qué pasa, Valen? No me asustes… ¿Dónde estás? ¿No recibiste la plata? Te mandé mail con los datos anoche…
- Sí, Má…estoy en el Banco… ¡¿qué hiciste, Mamá!? ¿Estás loca? ¿Cómo me vas a mandar toda esa plata?
- ¿Cómo que “toda esa plata”? ¿Qué “toda”? Vos estás loca… ¿qué estás fumando, Valentina? Te voy a matar cuando te tenga a mano!!!! Te mandé lo que me pediste, ¡100 desgraciados dólares!
- No, no, no puede ser… ¡acá llegaron 1.000 dólares! Yo ya le decía a Mauri que no podía ser… ¿vos no me mandaste 1.000 dólares entonces?
- Valen… ¿cómo te voy a mandar 1.000 dólares? ¿de dónde voy a sacar? Te mandé 100 a duras penas…
- Má…acá llegaron 1.000 dólares… ¿guardaste el comprobante?
- Obvio que guardé el comprobante…
- Bueno, fijáte…
(Busco, grito, tiro todo, no encuentro, encuentro…)
- Ay sí…cierto, Valen… acá dice “1.000 dólares”…yo ni miré…bueno, nada, ¡que te paguen los 100, que son tuyos y ya!
- No, ya… nada…acá en el Banco me quieren dar los 1.000, porque es lo que recibieron… ¿qué hago, Má? Yo no quiero los 1.000, me va a salir a buscar la Policía por chorra y me van a deportar…decíme qué hago, ¿qué hago? No puedo no cobrar el giro, porque si no no me puedo ir de Bolivia…
- A ver…calmáte que tiene arreglo. Cobrá los 1.000 dólares, firmáles que los recibiste. Quedáte con 100. Y mandáme un giro con los 900 que sobran…
- ¿Cómo? Y vos te quedás con los 900? No, Má…vas a ir en cana vos…
- No, zapalla, yo no me quedo con nada…Yo los devuelvo en DHL.
- Ah…está bien eso, pero… ¿en serio los vas a devolver? Te lo digo en una buena, Má, en la mejor…
- Ay, claro Valentina, no me voy a quedar con plata que no es mía…
- Bueno…si, pero… ay…Má…por favor…mirá que los tenés que devolver…mirá que yo puedo ir presa…
(De acuerdo a su incertidumbre, pude inferir que Valentina me tenía sobre el filo de la sospecha a esas alturas…se ve que me imaginaba a mí, con 900 dólares “in my pocket”, en medio del Shopping…)
- Los devuelvo, créeme, estoy loca pero no tanto. Hacé el giro ya mismo que yo voy yendo para el Shopping y luego te aviso.
- Pero por favoooor, Gordita…devolvé la plata, mirá que voy presa…
- ¡Basta, Valen! Yo no puedo crear que dudes de mí…que pienses que soy una currera, que me voy a quedar con…soy tu mamá, Valen…
- No, Má…si yo te creo…si yo sé que sos honesta…pero son 900 dólares de arriba…
Mi marido intentó decir algo, dar su opinión, mientras yo me ponía la campera y agarraba la mochila…algo oí…“tenés el comprobante de que mandaste 1.000 dólares, Claudia, pensá…no es el quiosco de la esquina… es una multinacional… es DHL”…no sé que más dijo… yo ya estaba en el Shopping.
DHL, mostrador…no estaba el muchacho de la noche anterior…una chica…le dije que venía a cobrar un giro que me mandaron de Santa Cruz de la Sierra…busca, encuentra…me dice que sí…
- Son 900 dólares, Señora…menos los gastos del envío…quien se lo mandó indicó que los gastos salían del monto girado…
- Bien…si, no hay problema…
- Firme acá, por favor…
- Sí, claro. Bueno, a ver…esta plata que me pagaste, es de ustedes, así que te la dejo…
- ¿¿¿Cómo??? No le entiendo…
- Te explico…mirá…(y le hago la historia)
- Entonces…sí, si…entiendo…usted…mmm, ¿usted lo va a devolver?
- Sí, claro que lo voy a devolver. Porque no es mío, ustedes se equivocaron. Es de ustedes…de DHL…
- Un momentito, Señora…discúlpeme…
Al rato…
- Señora…el Gerente quiere hablar con Ud…pase por acá, por favor…
El gerente apareció con la boca distorsionada porque le llegaba a las rodillas, se presentó cual si estuviera conociendo un “alien”…me dijo que lo que yo hice no lo hace nadie…que el funcionario que cometió el error estaba en período de prueba…que ya había sido separado del cargo porque el error fue detectado enseguida…que mi actitud era ejemplar e insólita…que muchas gracias, que no queda gente así…bla, bla…
Cuando llegué a casa, Charly ya había atendido al muchacho separado del cargo, a la mamá del muchacho… y hasta a la madrina, yo que sé…toda una movida…
Le mandé un mail a Valen, diciéndole que ya estaba todo solucionado y ella me respondió al otro día que “qué suerte, Gordita”, “ya estamos en Brasil, uff”.
El lunes al medio día me había olvidado del episodio…y en eso entra a mi negocio una señora que me dice: “¿Usted es Claudia?”. “Soy”, dije.
“Yo soy la mamá de “fulano de tal”…el que la atendió en DHL…no tenemos como darle las gracias por lo que Ud. hizo…quise conocerla personalmente y agradecerle lo que hizo y traerle esto…es nada…pero es para Ud.”
¡Tremenda torta de chocolate del Emporio me trajo!
Era un fría tarde de agosto con lluvia y viento…realmente disfrutamos la torta con un rico cafecito, mi amiga Alicia y yo…mientras yo parodiaba la historia del giro entreverado y Alicia se moría de risa…
El mouse de chocolate fue la dulce prueba de mi integridad… para los que no me tenían fe, ¡tomá!…
A esa hora los funcionarios de DHL comentarían entre ellos la posibilidad de hacer una plaquita con mi foto “a la mejor y más tonta clienta del mes”…yo, tranquila (sobre todo, de conciencia…) limpiaba las migas de la torta y enjuagaba las tazas, pensando en que el muchacho debería de estar reintegrado en su puesto de trabajo y en el frío intenso de ese agosto interminable mientras Valen y Mauri, a esa altura… ¡ya estarían disfrutando del calorcito en Brasil! ¡Todos contentos!
Cuando mi hija Valentina estaba de viaje por Latinoamérica, no dejamos de estar comunicadas. Así lo prometió mil veces antes de irse y cumplió dignamente… la niña mochilera. Por teléfono, por chat, las más de las veces por mail, porque era difícil coordinar horarios para el encuentro virtual.
Mirándolo ahora, dos años después…bastante fluida fue la comunicación. Nos contábamos mutuamente nuestras vidas: ella sus aventuras, yo mis rutinas. Solo una vez tuvo urgencia en comunicarse conmigo…por suerte me avisaron que estaba conectada y corrí al ciber de al lado. El caso es que me explicó que necesitaba que le mandara plata. Tenían que salir de Bolivia urgentemente y cruzar a Brasil, a Campo Grande, Mato Grosso do Sul, no había tiempo de hacer dedo, así que querían comprar los pasajes de ómnibus lo antes posible.
Le dije que se tranquilizara que le mandaba la plata en unas horas y como siempre, le enviaba un mail avisándole los detalles del giro. Poca plata, “con 100 dólares nos arreglamos lo más bien”. “Bueno, si vos decís”…dije yo y me fui a DHL del Shopping. Me atendió un muchacho muy amable al que se le complicó un poco encontrar el inusual lugar de envío…Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, pero finalmente lo logró. 100 dólares le mandé. Pagué, guardé el comprobante en la mochila y volé a casa para investigar en la red en qué Banco se podía cobrar, y mandarle un mail a Valentina con todos los datos del giro. Lo usual. Al otro día (era sábado) a eso de las 9 de la mañana suena el teléfono y una operadora me pregunta si acepto una llamada por cobrar de Valentina…”si, claro, acepto”, dije yo, como si estuviera dando el sí ante el cura párroco (y temblando ante lo que podía escuchar del otro lado):
- Mamá, hola Mamiiiiiii, cómo estás?...no sabés lo que me pasa…
- ¿Qué pasa, Valen? No me asustes… ¿Dónde estás? ¿No recibiste la plata? Te mandé mail con los datos anoche…
- Sí, Má…estoy en el Banco… ¡¿qué hiciste, Mamá!? ¿Estás loca? ¿Cómo me vas a mandar toda esa plata?
- ¿Cómo que “toda esa plata”? ¿Qué “toda”? Vos estás loca… ¿qué estás fumando, Valentina? Te voy a matar cuando te tenga a mano!!!! Te mandé lo que me pediste, ¡100 desgraciados dólares!
- No, no, no puede ser… ¡acá llegaron 1.000 dólares! Yo ya le decía a Mauri que no podía ser… ¿vos no me mandaste 1.000 dólares entonces?
- Valen… ¿cómo te voy a mandar 1.000 dólares? ¿de dónde voy a sacar? Te mandé 100 a duras penas…
- Má…acá llegaron 1.000 dólares… ¿guardaste el comprobante?
- Obvio que guardé el comprobante…
- Bueno, fijáte…
(Busco, grito, tiro todo, no encuentro, encuentro…)
- Ay sí…cierto, Valen… acá dice “1.000 dólares”…yo ni miré…bueno, nada, ¡que te paguen los 100, que son tuyos y ya!
- No, ya… nada…acá en el Banco me quieren dar los 1.000, porque es lo que recibieron… ¿qué hago, Má? Yo no quiero los 1.000, me va a salir a buscar la Policía por chorra y me van a deportar…decíme qué hago, ¿qué hago? No puedo no cobrar el giro, porque si no no me puedo ir de Bolivia…
- A ver…calmáte que tiene arreglo. Cobrá los 1.000 dólares, firmáles que los recibiste. Quedáte con 100. Y mandáme un giro con los 900 que sobran…
- ¿Cómo? Y vos te quedás con los 900? No, Má…vas a ir en cana vos…
- No, zapalla, yo no me quedo con nada…Yo los devuelvo en DHL.
- Ah…está bien eso, pero… ¿en serio los vas a devolver? Te lo digo en una buena, Má, en la mejor…
- Ay, claro Valentina, no me voy a quedar con plata que no es mía…
- Bueno…si, pero… ay…Má…por favor…mirá que los tenés que devolver…mirá que yo puedo ir presa…
(De acuerdo a su incertidumbre, pude inferir que Valentina me tenía sobre el filo de la sospecha a esas alturas…se ve que me imaginaba a mí, con 900 dólares “in my pocket”, en medio del Shopping…)
- Los devuelvo, créeme, estoy loca pero no tanto. Hacé el giro ya mismo que yo voy yendo para el Shopping y luego te aviso.
- Pero por favoooor, Gordita…devolvé la plata, mirá que voy presa…
- ¡Basta, Valen! Yo no puedo crear que dudes de mí…que pienses que soy una currera, que me voy a quedar con…soy tu mamá, Valen…
- No, Má…si yo te creo…si yo sé que sos honesta…pero son 900 dólares de arriba…
Mi marido intentó decir algo, dar su opinión, mientras yo me ponía la campera y agarraba la mochila…algo oí…“tenés el comprobante de que mandaste 1.000 dólares, Claudia, pensá…no es el quiosco de la esquina… es una multinacional… es DHL”…no sé que más dijo… yo ya estaba en el Shopping.
DHL, mostrador…no estaba el muchacho de la noche anterior…una chica…le dije que venía a cobrar un giro que me mandaron de Santa Cruz de la Sierra…busca, encuentra…me dice que sí…
- Son 900 dólares, Señora…menos los gastos del envío…quien se lo mandó indicó que los gastos salían del monto girado…
- Bien…si, no hay problema…
- Firme acá, por favor…
- Sí, claro. Bueno, a ver…esta plata que me pagaste, es de ustedes, así que te la dejo…
- ¿¿¿Cómo??? No le entiendo…
- Te explico…mirá…(y le hago la historia)
- Entonces…sí, si…entiendo…usted…mmm, ¿usted lo va a devolver?
- Sí, claro que lo voy a devolver. Porque no es mío, ustedes se equivocaron. Es de ustedes…de DHL…
- Un momentito, Señora…discúlpeme…
Al rato…
- Señora…el Gerente quiere hablar con Ud…pase por acá, por favor…
El gerente apareció con la boca distorsionada porque le llegaba a las rodillas, se presentó cual si estuviera conociendo un “alien”…me dijo que lo que yo hice no lo hace nadie…que el funcionario que cometió el error estaba en período de prueba…que ya había sido separado del cargo porque el error fue detectado enseguida…que mi actitud era ejemplar e insólita…que muchas gracias, que no queda gente así…bla, bla…
Cuando llegué a casa, Charly ya había atendido al muchacho separado del cargo, a la mamá del muchacho… y hasta a la madrina, yo que sé…toda una movida…
Le mandé un mail a Valen, diciéndole que ya estaba todo solucionado y ella me respondió al otro día que “qué suerte, Gordita”, “ya estamos en Brasil, uff”.
El lunes al medio día me había olvidado del episodio…y en eso entra a mi negocio una señora que me dice: “¿Usted es Claudia?”. “Soy”, dije.
“Yo soy la mamá de “fulano de tal”…el que la atendió en DHL…no tenemos como darle las gracias por lo que Ud. hizo…quise conocerla personalmente y agradecerle lo que hizo y traerle esto…es nada…pero es para Ud.”
¡Tremenda torta de chocolate del Emporio me trajo!
Era un fría tarde de agosto con lluvia y viento…realmente disfrutamos la torta con un rico cafecito, mi amiga Alicia y yo…mientras yo parodiaba la historia del giro entreverado y Alicia se moría de risa…
El mouse de chocolate fue la dulce prueba de mi integridad… para los que no me tenían fe, ¡tomá!…
A esa hora los funcionarios de DHL comentarían entre ellos la posibilidad de hacer una plaquita con mi foto “a la mejor y más tonta clienta del mes”…yo, tranquila (sobre todo, de conciencia…) limpiaba las migas de la torta y enjuagaba las tazas, pensando en que el muchacho debería de estar reintegrado en su puesto de trabajo y en el frío intenso de ese agosto interminable mientras Valen y Mauri, a esa altura… ¡ya estarían disfrutando del calorcito en Brasil! ¡Todos contentos!
Claudis: ¡qué anécdota! me dejó pensando, porque yo no sé si hubiera hecho lo mismo... y sin embargo, pensar en la otra parte, no la transnacional, el pobre que se equivocó y ligó. En fin, me diste una lección. Si algún día me pasa ¿? me voy a acordar.
ResponderEliminarPs. Llegué tarde a tu blog, pero ya me puse al día con todo, así que a ver si te volvés a inspirar que el tiempo sigue invitando.
trataré de continuar en este espiral de inspiración, jaja, aunque a veces trabajo un rato, viste como es... Hasta luego, nos vemos???? o llueve mucho???? mmmm...
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