Mal día pal gaucho...


Esto que les voy a contar me tendría que tener de protagonista, tengo fama adquirida y constatada de distraída, desatenta, colgada. Desprejuiciada además, agarro y lo cuento. Pero fijáte que no.
Esto que les voy a contar le pasó a Charly, que como se sabe es un señor atento, maduro, centrado,  prolijo hasta la náusea, detallista (hasta la psicosis, pero no le digan que yo lo dije, eh?).
Atención: primero les tengo que hacer un dibujito. Charly trabaja en una oficina, que da al exterior (puertas de vidrio hacia un jardín), chiquita la oficina, terminada ella hay una puerta que da a una kitchinette -chiquita también- y desde ahí hay otra puerta que da al baño (sí, igual, uf). Desde la  kitchinette hay otra puerta que da a otra oficina (de otros asuntos y gentes), ¿me siguen en la explicación? Están como en espejo las dos oficinas y utilizan la misma kitchinette y el mismo baño que vienen a estar en el medio de ambas, tá claro?
Bueno, prosigo.
A las 10 de la matina llega Charly a su oficina, está solo porque su cónyuge de la oficina estaba en el interior, se hace un mate y empieza a laburar. Tranqui.
10.30 se le antoja ir al baño. Abre la puerta hacia la kitchinette, la cierra (¡!!!???), entra al baño.
Ponele 10.35 sale del baño hacia la kitchinette, va a abrir la puerta…plop! ¡Cerrada! ¡Se trancó! “ay, coño, quedé encerrado…buéh, llamo a alguien”.
Va derechito su mano derechita al cinturón donde tiene siempre colgado el celular en un cosito de cuero (yo que sé cómo se llaman) porque él es así de atento y cuidadoso y no anda dejando el celular por cualquier lado como ¡OTRAS! pero no está. ¡¡¡Se había dejado el celular olvidado en casa!!!
O sea, encerrado, solo hasta el hartazgo y sin poder pedir auxilio más que a San Expedito y justo que él no es creyente! Situación comprometida si las hay…
A esta altura de su relato yo estaba haciendo vueltas carnero de la risa… se podrán imaginar.
Y dije: “¿y Jorge?¿A qué hora venía? ¿Vos sabías?”
Charly -  Sabía, sabía que eran las 10.35 por el reloj del micro que hay en la kitchinette - porque yo reloj no uso y celular no tenía- y sabía que llegaba de Tacuarembó alrededor de las 12.30 o 13…
Yo: - ¿¿¿y qué hiciste??? Yo me puedo morir muerta si sé que tengo que quedarme dos horas y media o más encerrada en esa cocina de dos metros cuadrados!!!
Charly: y sí…qué iba a hacer…busqué si había otro mate, había, me lo apronté y me senté en el piso, arriba de dos repasadores porque estaba helado a tomar mate…
(yo, llorando literalmente de risa al ver la escena, imagínense…)
Yo: ¿¿dos horas y media tomaste mate sentado en el piso??? – dije  secándome las lágrimas con rimel que se me corría hasta por la nariz…
Charly: no, al rato me aburrí del mate…
Yo: ¿y no te pusiste nervioso? ¿no había nada para leer? No puedo creer, ¡¡¡decíme qué carajo hacías!!!
Charly: y…me puse a limpiar…limpié toda la cocinita, vacié la heladera, limpié el micro, la mesada, lave las tacitas…brillando quedó todo!!!
Yo todavía me estoy riendo. Lo escribo y lloro de risa, lo juro por mis nietos.
Y a la vez reflexionando…¿yo qué hubiera hecho en su lugar? “Rompan todo” por los Shakers, como para arrancar!
Pero yo soy yo y Charly es Charly. 2 horas 30 encerrado, sin desesperos y sacándole lustre a las botellas de Salus.
Cuando escuchó que entraba Jorge (que viene a ser Juan Salvador Gaviota en esta historia) a la oficina, ni gritó ni golpeó, nada. Esperó que Jorge entrara, dejara sus cosas y pasados unos minutitos… “toc, toc, Jorge, estoy acá”…
¡Cualquier parecido con mi serie favorita “The big Bang Theory” y el famoso “knock knock Penny knock knock”, no es ninguna coincidiencia! No puedo parar de reírme…es un regalo de la vida que estas cosas le pasen a la gente perfecta y no a mí, porque cuando me pasan a mí la culpa de mi sonsera me dura meses y porque son útiles para validar el discurso de mi abuela Carmen, “ay nena, no escupas para arriba”…jua, jua, jua, requetejua!

P. D: hoy el “Pelado” tiene un mal día…mientras estoy tecleando esta nota está vociferando desde la cocina…”naaah, estoy haciendo milanesas al horno y se me acaba el gas???? Pero qué me pasa hoy a mí???? Pero esto no se puede creer!!! y bueno...mal día pal gaucho!!!!”.
 P.D II: sigo muriendo muerta de la risa…

Comentarios

  1. juaaa! ¿a los gauchos les pasa eso?

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  2. jajaja, no, no, "mal día pal gaucho", es un dicho popular por acá, y que Charly, mi marido, utiliza mucho. Me pareció que aplicaba para el día que le tocó vivir al pobre! jajaja. Un besote, DAkini!

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