Ser abuela y nieto
Lo más fuerte que hay es el amor. Lo más consistente que hay es. Consistente es el pan, pero el pan está arriba de la mesa o en la tostadora; sin embargo el amor es intangible y se le iguala. Está. Se siente. Se ve. Se mastica con los ojos. Se saborea. ¿Qué amor?, dirán. Cualquiera. El que te toque. Hay gente que tiene suerte en la vida y le tocan todos. Y hay otros que no tanto, en la bolada, son conocedores y portadores de algunos amores y de otros no. Hay otras personas, como Estela y Guido, que conocieron amores y pasaron muchos años de su vida, buscando los otros amores que les faltaban. Para ser ellos, los tenían que encontrar. No fue que estuvieran ávidos de amores, porque los tenían. Más bien que una por recuperar lo perdido y el otro porque también, genéticamente se empeñaron en completar su mapa de amores. Porque el amor se “mapea”, sí señor. Yo los entiendo porque si me hubiera tocado, hubiera hecho lo mismo que ellos. Aún sin conocer a mis nietos, yo los amab...