Claudi@sidades

Hoy vi “El artista”, la ganadora del tan esperado súper premio. En primer lugar, permítanme aclarar que yo de cine no sé nada de nada. Soy una espectadora contumaz, total, absoluta y permanente; pero conceptualmente hablando, nada…niente. Pero igual quiero teclear unas letras, porque me pareció una  ¡¡¡¡JOYITA!!!! Es un deleite y no me estoy dejando influir por el resultado del premio, lo juro. Es más, muchas -pero muchas- veces no me ha gustado o apenas me entretuvo la película ganadora del Oscar, y puedo dar ejemplos si quieren. Pero esta me encantó, me emocionó, me conmovió y no dejó de asombrarme todo el tiempo la atención que yo misma le estaba prestando y las ganas de saber más, tratándose de una película en blanco y negro, y sobre toda ¡MUDA! De entrada, la desestimé. Porque yo soy dispersa, distraída y dije: “tá, es muda, a mí no me enganchan ni con un guinche”…en segundo lugar, pensé: "si a mí lo que me gusta, sobre todo, es lo que se dicen, el discurso, la let...

Si me quedo quieta, no soy yo…o como escuché por ahí “cocodrilo dormido, es cartera”. Me la juego a no convetirme en cartera, pretendo al menos ser mochila, así que me dispongo a no parar, a pensar en qué hacer, a compartir, a comentar, a reírme, a sacar fotos y mostrarlas, a escribir sobre el día, el hoy y el mañana, a  escuchar a los amigos y contar después  lo que ellos dicen. Yo no paro de moverme. No lo hago a propósito, soy así nomás, medio inquieta. Y mis amigos no paran de decir y dar ideas, medio parlanchines mis amigos, me incentivan… Saco fotos en el barrio Peñarol y Anabel y Anahí dicen que les gustan y que ya voy llegando a Colón, les debo una visita que les quiero hacer. Rosa María, lejos pero siempre cerca, deja su impronta y un guiño. Rubén me critica que si muchas fotos que si pocas pero se cuelga y hasta me edita las fotos y con cada comentario, me hago más amiga de él. Laura habla de las cartas y yo me cuelgo en los decires y salgo de su muro con ...

¡Qué embole que son los currículum! Me puse a pensar en este asunto porque dos por tres me piden ayuda para armar uno o porque me llegan y no tengo más remedio que leerlos. Son por lo general exagerados, estructurados y a veces hasta mentirosos. De tanto querer decir al final no dicen nada. Opino que son un armatoste y que tendrían que ser distintos: sinceros, honestos y con impronta personal, servirían mucho más a las consultoras y consultantes para tomar decisiones a la hora de elegir quién para qué. Va un ejemplo, como si fuera mi propio c.v. Curriculum vitae de la susodicha Nombre: blabla pero me dicen bla Estado civil: incierto (y se les cuento publico una trilogía que ni Larsen…) Hijos: Dos. Uno  alto y de rulos castaños, como la madre; y otra más bien baja, de ojitos claros y rubiecita, flacuchos ambos. Nietos también dos, a cual más bello/a. Hijos de la vida: varios, pero molestan poco. Domicilio: dato innecesario porque carta por correo no cr...

Es así: para mi gusto y en mi mínima opinión, es mucho mejor “meter” en el discurso alguna mala palabra (o “mala palabrota” como decía para exagerar la picardía, mi hija Valentina), que hasta puede quedar simpática, que hablar mal, o sea, decir cosas que no son o decirlas mal. Observo, luego me quejo. Observo en la vida y en la tele, que no es lo mismo pero es igual… “Besitos enormes”: te entiendo el sentir, sé que querés ser más tierno/a que un peluche pero los peluches suelen dar alergias y vos me provocás prurito generalizado! Tengo a bien comunicarte que si son “besitos”, son besos chicos y para ello se inventó la terminación ITO/A (que se dice en llamar diminutivo), porque si son enormes, no son chicos. ¿Sacás la incongruencia, botija? “Mmm…nada”: utilizar “nada” para decir nada, más que una redundancia es como una locura. Ejemplo: “y entonces seguimos conversando y nada…”. O sea, terminó la conversación, luego no dijeron “nada”. Nada + nada, no es “dos nada”, es la mism...

Querido diario: Son las 5 de la tarde, estoy mejor que de mañana, lo cual no es poco. Es sábado, es lo que tiene de bueno: no fui a laburar. Me podía haber ido para afuera a disfrutar de este bello día de verano (bello para los que se pudieron rajar, porque Montevideo es un caldo Knorr…) pero no me fui porque hoy de mañana tenía algo importante que hacer aquí. Pero se terminó pinchando la actividad. Así que no sólo que me quedé en casita sino que tuve que salir, caminar al rayo del sol, ir a la feria, hacer otros mandados y llegar a casa muerta de calor y de mal humor porque no estoy en la playa. Bueno, al fin de cuentas, con los ventiladores al mango, la casita se banca bien. Arreglé el cuarto y estrené unas bellas sábanas nuevas que Charly compró ayer. Bien bonito todo. En la azotea, clavado a una planta, tengo un adorno nuevecito, molino/girasol de colores que hermosea el lugar y casi ni se mueve en este bochornoso febrero, pero ya se agitará y lucirá sus dotes. Ent...