Revísenme las cuentas
Revísenme las cuentas. Sin piedad. Revisen mi cuenta de Twitter, de Facebook, de Blogspot, de Instagram o de Google Plus. Soy con mi foto y mi nombre. Con mis gustos y mis sentires. Con mi pensamiento político-social y mi manera de percibir y hasta juzgar el mundo, o mi mundo, o el mundo de por acá al que le doy bastante más bola que al de por allá. Voy a seguir defendiendo a las redes sociales, tan criticadas, tan pecaminosas para algunas mentes. Llenas de defectos ellas: de miserias o de críticas en vano. Tanto o igual que la vida misma. Más espontáneas sí, a veces. Menos “jugadas” porque una cosa es el cara a cara y lo que nos viene a la boca, casi antes que a la cabeza; y otra cosa es escribir y editar un pensamiento cuatro veces antes de publicarlo. Hay sólo una cosa que no me gusta en las redes sociales y es que la gente no ponga su nombre y su foto, que no se identifique, pero no por el hecho tan cuestionado de “se resguardan en el anonimato”, no, no es por es...