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Mostrando entradas de junio, 2011

El año de las conejas

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Sí, Ludovica, ya sé…no es que le haya errado al número y género del sustantivo, es a propósito y desde ya, pido permiso para este parafraseo que titula la nota. Tampoco viene de reivindicación de género, como otras veces, en este caso pasa exclusivamente por el terreno de lo privado e interfamiliar. Mi nuera y mi hija, no se han puesto orejas grandes pero devinieron en conejas. Se han puesto panzas y les ha dado por hacerme abuela dos veces, con apenas 4 meses de diferencia. Mi nuera exhibe su panza de 6 meses orgullosa y yo voy atrás de ella con la cámara en la mano. Ya he tenido tiempo para hacerme a la idea, es más, ya he escrito varias veces sobre la llegada de Julieta: para expresar mis deseos, luego para presentarme ante la que llegará pronto, otro día para contarle que la soñé. Y así andaba yo por la vida, llena de felicidad y con la cabeza ocupada en pensarla entre todos nosotros, en conocerla, en abrazarla, rumiando canciones y pensando en pañales… andaba. Fort...

"Allá en la fuente, había un chorrito"...

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Ya le escribí dos veces y voy por la tercera. Ya compré pañales, batitas, rebozo, enteritos y un chupete verde. Ya fui artesana forrando cajas con coloridos retazos de tela para guardar sus cositas. Ya fui fotógrafa de la panza de su mami y orgullosa compartí el resultado con mis amigos. Ya festejé su llegada con “mis brujas”. Ya me emocioné viendo el video de su ecografía (sobre todos sus manitos, sus manitos…uf). Ya me alegré (desmedidamente) de que sea niña. Ya hice planes y postergué unos días de licencia para estar disponible cuando llegue. Ya me desesperé por saber cómo se llama y ya me calmé y le digo “la Peque”. ¿Se puede sentir tanto amor por alguien que ya es pero todavía no está? Sí, se puede. Y como sí se puede, aunque suene a voluntarismo, le escribo por tercera vez. Voy. Mirá, Peque…yo siempre supe que te quería tener en mi vida y también que no dependía de mí, que era sólo esperar y querer y que todo llega, ni antes ni después. Tenés el lugar de ...
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¡Mucho gusto! Estás por llegar me dicen… Falta saber el día, en qué mañana, tarde o noche, en qué sol o luna y con qué vientos será…. Claro que vos no sabés…y ¿cómo lo sabrías? que ya falta tan poco… Yo sí sé, por eso te escribo y te lo cuento. Es la primera vez que te escribo. Te prometo muchas más. Cuando vengas, tendrás bienvenida asegurada. Y habrá presentaciones de rigor, “Mucho-gusto, encantada, es un placer” … Entre risas y abrazos y emociones. Sabré de tu piel, cara y gesto, y del color de tus manos arrugadas y del perfume. Me completa el presente saber que falta poco para conocerte. Me deslumbra y fortalece la idea de saber que pronto te voy a abrazar… Si no te importa… también tengo otros planes… Darte calor, cuidarte, mimarte, cantarte, regalarte, apoyarte en lo que sea, olerte, oírte pero sobre todo mirarte… Te voy a mirar crecer…ya te estoy viendo, Desde esta espera… Ansiosa espera que se sustenta sola, en este bendito febrero en el que me dicen que sí que es cie...
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Un círculo Todavía no tengo nietos. Ya tengo edad suficiente para tenerlos. Yo fui mamá (de Camilo) a los 21. Camilo ya tiene 27 años. Valentina tiene 22. Yo tengo 49 y no tengo nietos. No importa, la edad es un detalle…está claro que la abuelez no es una cuestión cronológica. Yo me apuré bastante para ser mamá, pero mis hijos vienen ambos en una tranqui, pensada, despacito, pero “andando van”... No les estoy pidiendo que se apuren, no, no, ellos saben de mi anhelo pero tienen sus tiempos y no hay motivo para reclamar nada. Ya llegarán. Por si las dudas…por si pasa…por si acaso, yo estoy preparada. Tengo todo pensado. Ya me entrené con las mascotas de mis hijos a las que cuido cuando ellos lo requieren. Las cuido con amor y dedicación. Porque además soy muy “bichera”, y mis hijos sabiendo esto, me piden auxilio de tanto en tanto. Mi nuera, Noelia, que es una personita muy linda y perceptiva (gracias doy por tenerla…un placer) que por lo general me entiende de lejos, acota: “...
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Húmedo junio Se sabe que junio es un mes de porquería en este país, el invierno está instalado aunque empiece el veintiuno, la humedad espanta, nos duelen los huesos y secar un par de medias en más difícil que entender física cuántica. Las casas chorrean por todas partes y los olores aburren. Un lunes freís milanesas y el viernes todavía se adivina. Hornitos con aceite de lavanda e inciensos, hacen lo que pueden, léase poco. De mañana hace 3 grados y te abrigás a mansalva, de tarde hay 19 y no sabés dónde meter tanta lana. Llegás a tu casa en un sopor, como amordazado entre la campera y la bufanda, pero te quedás quieto media hora y tenés que prender la estufa. En este junio tampoco colaboran las novedades sociopolíticas. Todos peleados con todos, todos discutiendo, abundan los bolazos, cuesta concretar una sola idea y si ya nos dolían los huesos, nos agarra dolor de cabeza o depresión. El Frente parece que está en el fondo, los parlamentarios se pelean y lo vemos por la ...
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  Oxímoron Desordenada agenda. Vieja noticia otra vez. Confusas tus certezas. Imprecisos tus límites. Amenazante tu dualidad. Ruidosas tus palabras como siempre y en exceso. Desorientados e inciertos tus rumbos. ¿Dónde estábamos ayer y qué hacemos hoy aquí? Infrecuentes tus rutinas, desarman lo cotidiano. Provocando y preocupando. Me quejo...no es que pretenda un faro de luz, me arreglo con alguna lucecita. Mañana o pasado... te pido por favor, gritá despacio… Tu altisonante discurso chiquitito, me da jaqueca. Me nubla el razonamiento. Para peor no encuentro por ningún lado el paradigma…ya rebusqué en el desorden de mi escritorio y en el alma. Te doy el beneficio de la desventaja y asumo que puedo haber olvidado la contraseña para acceder a tu consigna…es posible, soy distraída. Pero llegué hasta aquí buscando otras cosas. Si así no hubiera sido, habría sacado entradas para el circo.