El año de las conejas



Sí, Ludovica, ya sé…no es que le haya errado al número y género del sustantivo, es a propósito y desde ya, pido permiso para este parafraseo que titula la nota.

Tampoco viene de reivindicación de género, como otras veces, en este caso pasa exclusivamente por el terreno de lo privado e interfamiliar. Mi nuera y mi hija, no se han puesto orejas grandes pero devinieron en conejas. Se han puesto panzas y les ha dado por hacerme abuela dos veces, con apenas 4 meses de diferencia.

Mi nuera exhibe su panza de 6 meses orgullosa y yo voy atrás de ella con la cámara en la mano. Ya he tenido tiempo para hacerme a la idea, es más, ya he escrito varias veces sobre la llegada de Julieta: para expresar mis deseos, luego para presentarme ante la que llegará pronto, otro día para contarle que la soñé. Y así andaba yo por la vida, llena de felicidad y con la cabeza ocupada en pensarla entre todos nosotros, en conocerla, en abrazarla, rumiando canciones y pensando en pañales… andaba. Fortalecida ante la idea de que la niña llegará junto con la primavera, anunciando calidez, luz y brillo por todos lados. Fin del invierno, fin de la espera. Bienvenidas dos, niña y primavera.

Así estaban las cosas y los sentires hasta que una tardecita vinieron a casa mi hija Valentina y mi yerno Mauricio, para darnos la noticia de la llegada del segundo/a nieto/a. Al principio casi grito “¡agotadas tengo!” como los revendedores en la puerta del Estadio. Después quedé en estado de suspensión hasta que Valentina me bajó del satélite protestando: “’tá, Má… bueno, te la pasabas diciendo que querías ser abuela! Hasta lo escribiste!…ahora hacéte cargo de tus palabras!”. Yo me defendí diciendo que mis sentimientos no habían cambiado en lo más mínimo, que me desbordaba tanta alegría, solamente que ESTO ES “dos platos de sopa”, por favor, un poquito de comprensión. Así que acá estoy, feliz y contenta, haciéndome cargo de mi incipiente  doble abuelez, y asumiendo que mis nietos/as se llevarán apenas 4 meses.

Rodeada de embarazadas, me la paso hablando de ecografías en todas sus variedades, ginecólogos, Actimel que refuerza las defensas, practicunas, baberos con velcro (altamente superiores a aquellos de las tiritas con los que antaño solíamos ahorcarlos) y otro temas parecidos, todos ellos prácticos y contundentes.

No ha cambiado el norte de mi pensamiento para nada, se me ha duplicado más bien. Todo pasó a ser doble, todo menos mi sueldo, que bien podría redoblarse y esta familia agradecida aplaudiría hasta con los talones! No importa, como dice Mastercard, hay cosas que el dinero no puede comprar…por ejemplo mi doble abuelez. Y mis nietos/as, que califican para ser anotados en la columna de los activos de cualquier balance. Son (ya hoy, junio 2011) la quintaesencia.

Adorable la noticia del embarazo de Valentina, tan inesperada como bien recibida, o sea, directamente proporcional. Cambió mi lista de prioridades, es decir, ahora tengo DOS prioridades. Una en setiembre, otro/a en enero. Stop.

Espero estar a la altura de los acontecimientos. Mantener a raya mis emociones, expectativas y ansiedades; encontrar el sosiego para acompañar, apoyar y disfrutar a estas conejas de mi vida. Aspiro en esta etapa a ser atinada, comprensiva, generosa y transformarme con todo mi esfuerzo en abuela al menos, idónea. No tengo mucho tiempo. El estreno es en tres meses y la segunda parte en cuatro más. Primavera y verano que poco tendrán que ver con vacaciones o playas al Este. Todo bien “de acá”.

Mi neurona que ya estaba en péndulo desde hace tiempo, hoy debe concentrarse en analizar temas de gran envergadura. Sin manuales, aprendiendo desde la espontaneidad, con poco tiempo y sin ensayo, así me encuentro, muy feliz de estos regalos que me está dando la vida y sumida en difíciles disquisiciones que me desvelan casi todas las noches: ¿Huggies Active Sec o Pampers Baby San?


Comentarios

  1. MARIA TERESA30/6/11 17:34

    que linda noticia!! Felicidadesssss!!!! Muchos besos

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