Las redes y yo
De Facebook a Twitter. De Twitter a Facebook. De Facebook al blog. Del blog al correo. Del correo a la página. De la página a los grupos y vuelta al perfil. Del perfil personal a los otros perfiles (que son varios). Del chat al comentario. Del comentario al retuit. De aquí para allá. "Cerrar sesión, iniciar con otro usuario". Dale. Ponga y saque usuarios y contraseñas todo el tiempo. Todas en la mente, de anotar...ni hablamos. Copieypegue/copy&paste. Conectada. Hiperconectada. Quieta en mi escritorio pero viajando y vinculada con cientos de seres.
“¿Y para qué?”, me preguntan. Pues para decir y no parar de decir.
“¿Para decir qué cosas?”. Para decir lo que pienso, en lo que creo, para recomendar, para que otros se enteren. Para hacer de cuenta que contribuyo -desde la red- a la literatura informal o por lo menos a algún sueño. Para que sepan que soy activista de varias causas, de las causas del amor y la igualdad. Para sumar gente que piensa como yo o parecido. Para incentivar a otros a que se expresen o al menos para que pregunten y se interesen.
“¿Y cómo no te volvés loca con todo eso?”. Bueno…creo que loca ya estaba desde antes. Siempre fui hiperactiva y tengo cierto talento para hacer varias cosas al mismo tiempo, así que este invento de las redes –que fue creado con el fin de socializar- me ha encontrado a mí y no yo a él/ellos. Y me enamoré. Sabiendo que es una herramienta y nada más que eso, pero el pisapapas también es una herramienta y yo no puedo prescindir de él desde hace 25 años.
“¿Y cuáles son los resultados?”. Contesto: ¡y yo qué sé! Podría mencionar como un buen ejemplo que mucha gente me pide ayuda con algún asunto y si puedo, con gusto, se la doy. Mucha gente me comenta y de paso, algunos que no estaban “ni ahí” se involucran en el tema. Tengo varios círculos de personas que me rodean y a veces en algún lugar público alguien me para y me dice “¡pero vos sos Clau la de FB! ¡me di cuenta por los rulos!” y ahí nomás nos conocimos y nos hicimos más amigos.
A mí eso me suma. Y si bien es cierto que a veces, como dijo Obama “hay sumas que restan”, en este caso esa característica no es válida. Por el contrario.
Juntarse, cuando somos símiles, suma. Acompaña. Genera sentimientos. Envuelve. Implica. Compromete. Despierta. Alerta. Y hasta abraza, a veces…y en cada abrazo está tu sentir, mi sentir; tu pensamiento, mi pensamiento; tus amores, los míos; tus esperanzas y las mías. Distintas o parecidas. Válidas todas y con un espacio que por virtual que sea nos encontró allende los mares, desperdigados o solitarios…para juntarnos acá y no parar de “decirnos” como en una ola que mientras que va y viene, desordenada y fugaz…te/nos envuelve en su espuma blanca, esponjosa, inevitable.
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