CALAMBRES EN EL ALMA
Así dice una parte de la letra de “Promesas sobre el bidet”, la canción de Charly García que está sonando en este momento en la radio. Linda descripción, así me siento, hoy tengo calambres en el alma.
No venía muy bien de ánimo con los últimos acontecimientos del quehacer nacional, ando como confundida o desesperanzada… para colmo, salgo al balcón a fumar un pucho y zás…veo en vivo y en directo que a una señora, ahí nomás, le estaban robando el celular. “Otra vez en esta cuadra…pero carajo…será posible” iba diciendo mientras bajaba. No le pasó nada pero estaba muy nerviosa. La invité a subir, a tomar agua o un café pero no quiso, me quedé con ella unos minutos hasta que tomó un ómnibus y se fue porque no era del barrio, pasaba por ahí nomás la pobre… Hice lo que pude para tranquilizarla y le dije lo único que le podía decir “quedáte tranquila, ya pasó, la sacaste barata”.
Que fue lo mismo que me dije a mí misma, hace unos meses atrás, cuando abriendo la puerta de reja de la oficina, me quisieron arrancar la mochila. No pasó nada, el chiquilín tironeó y tironeó pero la mochila (que es de las fuertes, doble costura) resistió, y en el tironeo llegué a semi-abrir la puerta lo que disparó la alarma. Así que el chiquilín, rajó. Fue el susto nomás. Todavía pego una vichada para atrás cada mañana antes de poner la llave en la puerta de reja.
A una amiga que es vecina de esta cuadra, creo que le dije lo mismo hace unos días, cuando le robaron una cantidad de ropa que tenía en el patio de la casa. Es lo que me surge, el lugar común: ”la sacaste barata”…es que sin una mochila, con algunas ropas de menos o sin celular... y con un poco más de miedo adherido como un post-it, la vida de nosotras - las violentadas - en un rato será, mal que bien, la misma de siempre. Con o sin mochila, celular o ropa, vamos a llegar a casa, vamos a comer una buena comida, a mirar tele o a escuchar música, a prender la estufa si hace frío, vamos a dormir en una cama cómoda y abrigada.
¿Qué hará ese pibe que afanó el celular después que lo cambie en la otra esquina por 50 pesos? ¿Robar otro? ¿Tirar al piso a otra mujer para sacarle algo? Y después ¿qué?, cuando termina su jornada de saqueo, ¿qué?… ¿tiene a alguien que lo esté esperando? ¿Tiene un lugar adónde ir? ¿Será que existe para él la posibilidad de salir en algún momento de esa jodida vida de agredir, de correr, de mirar si lo siguen, de escaparle a la cana, de cambiar un celular por pasta base, de que le peguen un tiro en cualquier tugurio?
Sin ánimo de entrar en grandes reflexiones, para algunos de nosotros, los derechos humanos son algo más que un papel declarativo. Algunos tenemos derecho a fundar una familia, al trabajo, al descanso, a un nivel de vida (más o menos) adecuado, a cierto bienestar, a formar parte de. Somos los que tenemos casa y familia, los que vamos al cine y a los recitales, los que compramos discos, libros y visitamos exposiciones, los que nos juntamos a tomar una con los amigos. Nosotros somos los que (casi siempre, claro que no estoy hablando en esta nota de los casos gravísimos ni fatales…) “la sacamos barata”.
Hay otros que no tienen derecho a nada, por eso y no- por- eso y vaya una a saber por qué motivos se dedican a joder a la gente: agreden, arrancan, usurpan, insultan, ofenden, golpean, son responsables de instalarnos el miedo y la desconfianza, pertenecen a la nada…a la nada, no, perdón…pertenecen a la cultura de la violencia, ven como natural o como la única forma viable el uso de la violencia para enfrentar su realidad… violencia hasta con ellos mismos porque se lastiman día tras día y todos los días un poco más hasta que el retorno ya no es posible...
Pensando en esos gurises y en la cultura de la violencia, me acordé de “Reus”, película que vi hace pocos días atrás. Me quedó prendida en la mente la última imagen, la desolación absoluta del niño sordomudo que se queda solo en la azotea mirando hacia la calle sin saber todavía que a su mamá la llevaron presa y a su papá lo asesinaron en un tiroteo.
Pensar en lo que había pasado hace un rato, en las veces anteriores, pensar en cómo entender, en qué hacer... me dio calambres en el alma…mientras siguió sonando la canción “cada cual tiene un trip en el bocho, difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo”…
tal cual. yo entiendo que es una cagada que nos roben y todo, pero la mayoria solo piensa en la violencia que reciben y no en la que dan. cada vez que uno mira a un costado o toma una decision basada en influencias capitalistas (capaz no me expreso bien, pero lease: me compro un celular nuevo solo porque es mas lindo y no porque el viejo no anda) estamos eligiendo perjudicar a otros. y bueno,, cada tanto nos toca un dosis de nuestra propia medicina. ya no alcanza con decir que los ricos son los malos... nosotros tambien tenemos otra forma de elegir y seguimos haciendo siempre lo mismo.
ResponderEliminarAnónimo lector: de acuerdo! Gracias por tus comentarios y por tu lectura. Seguramente que hay otras formas de elegir y podemos cambiarlas, está en nosotros, no? Un abrazo, Clau
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