Este asunto del coronabicho. Capítulo 1

Después de casi un año, decidí actualizar este blog, no sé bien para qué...para mí nomás. Voy a ir dejando las cosas que he tecleado en estos días de encierro y publiqué en Facebook. Espero que estén bien y que si tienen ganas, se den una vuelta por acá. Salud! (nunca más sentido deseo!).

Capítulo 1 - ¿Qué hacer, entonces qué?





Recomiendo hacer cosas en la cuarenta. Cosas, qué sé yo. No sólo las que les gustan siempre, sino otras. 
Las de siempre también, claro, en mi caso serían: leer, ver series y películas, enloquecer a mis plantas y sacar fotos. Pero todo eso lo hago, con más o menos frecuencia, siempre. 
Me refiero a hacer otras cosas, incursionar, experimentar, porque mientras las hacés, no estás pendiente del viruviru informativo y de los malditos consejos de lo "que hay que hacer" que pululan y se encienden cual semáforos en todos tus dispositivos. Entonces, recomiendo, "a la gilada ni cabida, mi vida" y más acción en el espacio que te tocó en suerte. 
Por ejemplo, yo sé cocinar pero nunca cocino, sin embargo ahora sí me alié a la cocina y no paro. He hecho desde la comida de rutina (pan de carne, guiso, canelones, pastel de papa y zapallo, omelettes) que mucho no me entusiasma pero igual encaro, hasta pan de banana, tortas, budín de limón y naranja, pizza de panceta, crema catalana con muuuucho caramelo y tartas varias, siempre con masa casera. Hoy iba a hacer pasta frola, pero no hay dulce de membrillo. No importa, me adapto y será mañana o pasado. Voy a hacer escones, que tengo todo, después les muestro. 
En otro orden de actividades, estoy haciendo un curso de francés con una app en el celu. Progreso lindo y ya veo que los verbos con esa aplicación no los voy a aprender porque son un huevo, pero por ahora la llevo de taquito y además en algún lugar de esta desorganizada biblioteca hay un ejemplar de "L'art de conjuguer" al que recurriré sin falta (si no lo encuentro, ya viché y está en pdf en la maravillosa internet). También me dio por los jabones, bueno, a mi me gusta siempre darle una segunda oportunidad a las cosas, así que cuando el jabón queda flaquito, nunca lo tiro, pero tampoco lo uso, así que lo "pego",un "flaquito" con otro "flaquito" y por ahí quedaban,en algún rincón del baño. Lo mucho que había hecho con ellos hasta ahora, con los "flaquitos" digo, era rayarlos y ponerlos en bolsitas, en mi placar. Pero como ya tenía demasiados, me dio por hacer jabones. Busqué recetas, encontré, me faltaban ingredientes, me mandé igual. Y salieron. Parecen helados de crema pero sirven para lavarte las manos, así que un éxito. 
Otra que estoy haciendo: voy a clase de Pilates, lunes, miércoles y viernes de 10 a 11. Entro a FB, página de Bienestar Estudiantil de la UDELAR, busco el cartelito de "vivo" y listo. Eso sí, en mi dormitorio lo hago, y tengo poco espacio así que zafo de algunos ejercicios, sorry, teacher; se hace como se puede! 
Ah, me olvidé de mencionar la cantidad de videollamadas o reuniones virtuales, que me alimentan el alma a diario. Con mis nietos, mil, no paran los chiques che, pero con amigas también y las harto recomiendo, mucho mejor que los mensajitos por whatsapp y los insulsos emojis que los rodean, es como estar...bueno, le falta algo, sí, cierto..pero acompaña y hace sentir cerca que mamita que lo tiró, lo lindo que es verlas, chicas!. 
Y por ahí mis incursiones. Ahora, si tienen ganas y no están incursionando, cuenten qué hacen que sea distinto, novedoso y les haga sentir un poco mejor dentro de la catástrofe en la que andamos! Adelante, ustedes!

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