Este asunto del coronabicho. Capítulo 4

El aplauso

Yo quisiera salir al patio o a la ventana a aplaudir al personal de los supermercados, almacenes, panaderías, carnicerías y todo lo que tenga que ver con alimentación, a los de las farmacias y al que nos traen la garrafa de gas. A los negocios que están abiertos, que no tienen a veces ninguna medida de seguridad (o tienen tapabocas y guantes puestos que ni siquiera se pueden ir a cambiar por otros en su turno de laburo). Ganan 3 mangos y están ahí, al pie del cañón, para que nosotros, todos, compremos lo que necesitamos. Ah, y encima, si al comercio le va mal o más o menos o peor que antes, mandan algunos al seguro de paro y los que quedan, meten más que antes, para qué? para que nosotros tengamos lo necesario. Y todo por 3 pesos, eh, ojo, no vaya a ser que ganen bien y sepan que al llegar a su hogar está todo mínimamente resuelto, no sea cosa que se mal acostumbren. A esos trabajadores quiero salir a aplaudir. Porque algunos pueden quedarse en casa y otros, siguen luchando por el peso diario y por ofrecer sus servicios a toda la comunidad.

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