ACTITUD: FACEBOOK
El otro día se cayó Facebook por un rato largo y su ausencia me hizo reflexionar…sobre todo en torno a este novedoso asunto de la “amistad Facebook” o las relaciones en red, lo cual ha venido a modificar la sociabilidad.
Mis primeros amigos Facebook fueron mis amigos reales, familiares o conocidos cercanos de ellos. Supongo que todos empezamos por ahí. Una forma más de comunicarnos…el “contacto Facebook” no agregó valor en este caso, pero movilizó la relación.
Luego, los amigos de mis amigos…con quienes nunca pensé tener un vínculo, pero se estableció y nos conocimos más de esta forma que cuando cruzábamos tres frases de cortesía en un cumpleaños.
Después vinieron los amigos “institucionales”, es decir, personas no físicas que comencé a apoyar, criticar o comentar por tener el mismo interés, una forma más de interactuar con otros sobre mis propias pasiones (literatura, arte, música, cine, etc.).
También aparecieron los compromisos: los políticos, los sociales y como no podía ser de otra manera (soy de temperamento “participante”) me uní, opiné, discutí, me comprometí y dejé que Facebook amplificara los discursos… y me hice más amig@s (también me hice “no-amig@s”, por no usar el antónimo que es bien desagradable…pero a esos ya les hice un click en “Eliminar”…)
En cuanto a las opiniones, Facebook es un ámbito fermental y un ejemplo de diversidad, hay absolutamente de todo, como en caja de Pandora…pero esto lejos de ser una debilidad, lo considero un mérito ya que dependiendo de mi estado de ánimo, me puedo enganchar en discusiones, manifestarme, debatir y pasar a engrosar “el conflicto”…o puedo hacer caso omiso…y seguir leyendo otra cosa, sin necesidad de romperme la cabeza. Es un beneficio que aprovecho ya que en la vida misma está difícil, la mayoría de las veces, poner cara de poker o mirar para otro lado…
El caso es que esto fue in crescendo y ahora tengo un gran número de amig@s “Facebook”. Es raro: personas que nunca vi en mi vida y sin embargo me parece conocer desde hace años, por ejemplo, adivino lo que les gusta y lo que no, sé quién me va a comentar y hasta sé el tono con que lo va a hacer. Disfruto con tod@s ellos los “regalitos virtuales” porque compartimos también eso de ser “eternos (y criticados) adolescentes” y hacemos uso y abuso de la ironía y de la risa…lo cual agrega el beneficio de mejorar nuestra salud, a juzgar por lo que se lee por ahí de la liberación de endorfinas que provocan las carcajadas de las buenas. Me sé sus caras aunque solo los conozco por fotos y si los veo por la calle, puedo saludarlos y decirles:”che, vos sos mi amig@ Facebook”!
Diariamente me acercan materiales que de otro modo no hubiera visto, me hacen pensar o interesarme sobre asuntos que no me pasan ni de cerca… ¡y hasta tengo “proveedores” Facebook al día de hoy!
Me reencontré con compañer@s de escuela, liceo, ex-laburos. Renové relaciones queridas y de siempre que estaban un poco postergadas.
Eso sí…con frecuencia se quejan l@s otr@s amig@s...los que no tienen Facebook... y a l@s que no puedo convencer del carácter diferencial de esta herramienta, cuando dicen: “pero… ¿yo cómo no sé eso?… ¡no me contaste nada!... ¡seguro lo publicaste en Facebook pero a mí ni me lo mencionaste!”.
Yo insisto con que adhieran a esta causa, argumentando que el uso de esta red social tiene poder terapéutico…pero no hay caso, no l@s puedo enganchar, ¡son más ortodoxos que una caja de Maicena! No hay cómo convencerlos de que aunque sea parecido a una ventana por la que se puede vichar, tenés el derecho de publicar o no, decir o no, opinar o no, pero nada…están convencidos que los “facebookeros” somos o bien unos nabos que nos exponemos y ventilamos nuestra intimidad (cual si firmáramos un contrato “Usted deberá publicar absolutamente todo lo que le pase en su puñetera vida, bajo riesgo de apercibimiento”) o decididamente estamos cursando un postgrado de espionaje internacional (o quizás también poniendo en riesgo la fuente de trabajo de los detectives y/o investigadores privados profesionales).
Ya ni discuto el tema…de tan manido…así que antes que se enojen de verdad y me manden una carta-documento, retrocedo tres casilleros, l@s llamo, les cuento de mi vida y reposiciono mis relaciones reales.
Al rato vuelvo a Facebook, entro a “Inicio”, me engancho, leo, comento, me río, discrepo, veo fotos, me entero… y aunque me digo “ya es más que suficiente”, me sigo haciendo amig@s.
¿Será que es adictivo? Puede ser… pero qué querés...está bueno este pseudo-conventillo virtual…francamente, a mí me puede y…tá…"ME GUSTA"!
Genial! Estoy bastante de acuerdo contigo.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias por tu comentario y por leerme, Mauricio! Abrazo!
ResponderEliminarA Silvana Magda le gusta esto!!! juasss
ResponderEliminares que Silvana Magda es una "faceadicta" como la que escribe, doy fe de ello! jua!
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