30 AÑOS (o "30 años después así se ve"...)

30 de noviembre al fin… voy a votar por primera vez…no tuve la suerte de criarme en democracia  y llegué a la mayoría de edad sin poder elegir un gobierno pero bueno…en medio de este asqueroso y odiado panorama no me puedo quejar en el estreno de mi credencial…porque hoy estoy de estreno y con mi voto ¡voy a contribuir a echar a los milicos! Estos han sido días difíciles, soportar la propaganda del “Sí” fue terrible.
Hoy me levanté histérica de la ansiedad, el ambiente general me ha contagiado. Tengo la sensación de que en mi casa todos sospechan que va a ganar el “Sí” pero se guardan bien de  decirlo porque no me quieren desalentar.  Igual mi vieja hace días me dijo: “vamos a ganar…primero porque este pueblo parece estúpido pero no lo es y, segundo porque vas a votar  vos por primera vez”. Yo le creí.
En la calle el ambiente es de nerviosismo, la gente anda contenta pero como temerosa, decidida pero con cara de miedo.
Mis abuelos llegaron  temprano a casa porque mi mamá los va a acompañar a votar y ellos la van a acompañar a ella y después ellos me van a acompañar a mí…pero no, yo quiero ir sola, así que los convenzo…el circuito me queda a 5 cuadras de casa… y voy sola. Es una experiencia que quiero para mí. Como  las volanteadas por el “No” en las que participé por el barrio o el estampar pegotines escritos por nosotros arriba del ómnibus…si en mi casa saben, me matan…En fin…ya voté, nerviosa pero convencida por partida doble, convencida de mi voto y de que vamos a ganar. Me duele una muela…no puedo ser tan infeliz que justo hoy me empiece a doler una muela…serán los nervios pero me duele de verdad. Mi mamá me da un analgésico y al rato se me pasa un poco y me despido, porque me voy a la casa de unos amigos a esperar los resultados. . En realidad me voy a la casa de mi novio porque quiero estar con él y con su hermana que vive en Buenos Aires y que vino especialmente para votar. Además se vuelve para Buenos Aires a las 11 de la noche y la vamos a acompañar hasta COT, en Pza. Independencia.
Antes de salir, mil recomendaciones: “tené cuidado, no es una noche para andar por ahí…si llegamos a ganar los milicos se van a poner bravos…¿llevás la cédula?...fijáte bien…no se vayan a quedar por el Centro…ni se les ocurra festejar o ponerse a gritar o a tirar ni un solo cohete…Claudia…te lo pido por favor…que esto no es chiste”…fah, les digo que sí, que sí…y me calló rápidamente porque hoy el monosílabo afirmativo es mala palabra.
Éramos unos cuantos reunidos esperando las novedades por tele, por radio. La Treinta metió gente por todos los circuitos para tenernos informados… Germán Araújo está queriendo decir algo…pero no puede decirlo con claridad, está queriendo decir que ganamos, que festejemos …nosotros atentos ...parece  que se llega, que no…QUE NO, QUE NO, QUE GANÓ EL NO…QUE PARECE QUE POR POCA DIFERENCIA, PERO QUE GANÓOOO…Nadie se lo cree, es como un sueño, no parece posible, es tanta la alegría en cada corazón, en cada cara…abrazos, lágrimas, preguntas que nadie puede responder…”¿y esto cómo sigue?...¿qué harán ahora estos tipos?…¿respetarán el resultado?…¿los presos se estarán enterando de que ganamos?…¿y en el exterior qué dirán?...”los milicos se la jugaron como en Chile y los rejodimos!”. Más abrazos, brindis y alegría. Más aspirinas para mí porque la muela me está matando… Nada de festejos en la calle, todos festejando puertas adentro.
Se está haciendo tarde, tenemos que arrancar para el Centro a llevar a Elina…otra vez las mil recomendaciones, bla, bla y nosotros tres, sí, tranquilos, no va a pasar nada.
Nos tomamos un 121 y a propósito nos bajamos en la Plaza Libertad para caminar unas cuadras por 18. Lleno de milicos, por donde mires. Salen hasta de atrás de los semáforos. Con su peor cara, armados como para la guerra… peor que siempre y eso que estamos acostumbrados. Nosotros tranquilos, caminando y muertos de risa, sonrisas de lado a lado y bastante gente caminando en el mismo estado. A Elina  no la podemos contener de la euforia…”calláte un poco nena –le dice el hermano- que vos te tomás el ómnibus y te vas, pero nosotros nos quedamos”. Igual sube como loca al ómnibus, saludando con las dos manos y los dos pies, y prometiendo que ahora sí que se vuelve a vivir a Montevideo. Y se va la COT, con ella saltando en el asiento de atrás y nosotros felices y un poco más contenidos en la efusividad porque el ambiente de la plaza está complicado. Caminamos de nuevo unas cuantas cuadras para tomar el ómnibus y medir el ambiente. Contentos y reprimidos, y yo…soportando la maldita muela pero con una felicidad inexplicable.
Llegamos a casa para seguir prendidos de la tele, de la radio…encontramos a mi vieja llorando de alegría, como loca , no se lo podía creer, no le daban los brazos para apretarnos y yo “cuidado, mamá, que me duele la muela”…y SE VA A ACABAR, SE VA A ACABAR…a buen resguardo y no muy fuerte porque nunca se sabe, pero los tres gritando SE VA A ACABAR…y en lo posible, yo también pedí que se acabara mi dolor de muelas, intrascendente para la circunstancia, pero molesto de verdad…Y no cantamos “dale alegría, alegría a mi corazón que afuera se irán las penas y el dolor” porque todavía Fito Páez no la había inventado…

Comentarios

  1. Muy bueno, Claudia. Qué día feliz aquel!!!

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  2. Si, gracias, me interesa. Ya lo hice cuando recibí el mail en mi casilla. Cariños, claudia

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