"Allá en la fuente, había un chorrito"...

COLECCIONISTA DE PALABRAS

Con facilidad me enamoro de las palabras. De las palabras en su significante pero sobre todo en su significado.
Me atrapan y me hacen volar. Me ponen a pensar qué puedo hacer con ellas. Aparecen y me desatan un pensamiento. Que queda guardadito a buen resguardo en algún lado y entonces las encuentro o (re)descubro un día cualquiera y yo agarro y primero que nada, le digo que me encanta, o sea, me presento y hago los cumplidos del caso.
Las palabras nunca están vacías, la gente a veces sí. Completan espacios huecos, la gente a veces también.
Tan importantes son que yo las colecciono. Otros coleccionan sellos, o mariposas o servilletas. Yo, palabras.
Para ello tengo siempre una libretita a mano, allí las anoto.
Sin ningún orden porque no son un diccionario, son palabras sólo para mí. No hago selección previa y no pongo condiciones, si me gusta, la anoto. Más adelante algo pasará con ellas. Algún hueco vendrán a llenar, algún pensamiento o sentimiento vendrán a explicar quién sabe cuándo… aunque no estén codificadas, las voy a encontrar.
Algunas palabras son útiles y necesarias. No se puede prescindir de su existencia en el discurso y aunque las más de las veces representen un lugar común, no hay más remedio que tenerlas a mano. Insustituibles que son. Podrán tener un sinónimo, pero el sinónimo nunca tiene tanto peso como ellas mismas. Así que hay que dejarse de complicaciones y usarlas sin culpa.
Otras palabras son bellas…bellas porque sí nomás…como los animales o las plantas o el cielo si brilla el sol, o es de noche o hay tormenta, o sea, siempre. No son tan necesarias, pero tienen valor estético, esas son las que colecciono por lo general. Presencia/exuberancia/jerarquía/memoria/entendimiento/pérgola/ingratitud/diminuto/alucinante/dimensión/aquiescencia/imperdible/perogrullo/literatura/primordial/círculo/especificidad/insolencia/solidaridad/privilegio/misterio/casimir/dualidad/hazaña/ borbotón/humedecido…tengo una lista interminable…interminable  también es bella.
Luego juntas, las necesarias y las bellas, hacen un laberinto y me conducen a algún lado. Se amuchan, se aprietan, se condensan en una idea. Vienen a salvarme cuando quiero decir cosas. Cosas que comparto con ustedes, quienquiera que sean ustedes, no le pongo condición alguna al sentimiento que me agarra al sentarme a juntar palabras en un “nuevo documento” de Word.
Las palabras se aparecen sin aviso, ocupando un lugar en el pensamiento que luego concreta las ganas de contar algo, que es lo que hacemos los que tenemos esta manía de escribir. Son amables, afables, compañeras y están siempre a mano, para servirme…anotadas sin ningún orden en la libretita que siempre tengo cerca…por si acaso se me aparecen…