
FIRMEMENTE DIGO: YO NO FIRMO
Realmente no pensaba escribir sobre este tema. Pero hoy mi sobrino Juan Manuel me escribió esto en mi muro de Facebook: “Estoy esperando leerte sobre la baja, que decis?”.
Tanto es mi enojo y preocupación con el tema que había desestimado la idea de teclear algo para no quedar como una “sacada”. Pero el comentario de Juanma ofició de disparador. Y sin querer hacer análisis político, que no me corresponde ni por las chapas por falta de conocimientos, me doy cuenta que hay cosas que sí quiero decir. Porque para hablar de este asunto de la baja de edad de imputabilidad, de la recolección de firmas y de la posibilidad de plebiscito, vale también la opinión por vivir acá, por uruguaya, por ser mamá, por ser tía, por vivir rodeada de gente joven, por entender (o no, pero no cejar en el intento) a los adolescentes, solamente ese “estar”, cuenta. Y si las señoras y señores que salen en el informativo firmando con sonrisa Colgate ante la presencia de las “chapulinas”, tienen algo qué decir, como por ejemplo: “firmo porque algo hay que hacer por el asunto de la inseguridad”…bueno, si solo eso vale como argumento para algunos/as…ah, yo creo que sí tengo algunas cosas para decir y ¡gracias Juanma por hacerme arrancar!
Violencia hay por todos lados, no hay barrio que se salve, todos y todas nos sentimos acosados, a veces por menores y otras veces por gente grande, todos tenemos miedo, todos queremos que se encuentren soluciones porque todos queremos vivir en paz. Por ejemplo, opino que lograríamos un poco más de paz si una vez por semana no nos enteráramos en el noticiero que una madre, una trabajadora cualquiera como vos y yo, fue asesinada por su marido/pareja, o ex o padre de sus hijos. Y ese asesino (que a veces y por suerte y gracias a Dios, se vuela la tapa de los sesos) no es menor. Ese es grande y como es grande la tiene clara. Y como la tiene clara, hace caso omiso de la sentencia de la justicia que le advirtió no acercarse a esa mujer que lo denunció, pero va y se acerca. Y la mata solo porque ella no quiere saber nada de él. Y ella ya no está pero yo me acuerdo de ella. Y de sus hijos. Eso es violencia del mundo adulto. Y ahí no corre ninguna “baja” para solucionarla…
En el mismo informativo, en la misma tardecita que vos y yo tan tranquilos y a resguardo estamos en casa, vemos en vivo y en directo cómo tres menores roban una estación de servicio. No sólo roban, también golpean, lastiman, disparan, también matan. No los justifico. De ninguna manera. Las víctimas sufren y pierden, pierden cosas materiales, que van y vienen, pero a veces pierden sus vidas. Y es terriblemente doloroso. Eso sí, el micrófono del periodista está bien colocado en las víctimas o en los familiares de ellas. Y desde el dolor, sólo puede surgir odio, revancha, enojo y más dolor, mucho dolor. Mal pueden opinar o acaso pensar, en políticas de seguridad. Si te matan a tu padre o a tu hijo por $ 200, no te pueden pedir coherencia, ni diseño de políticas públicas, se sabe y se comprende.
Pero a la clase política y también a los medios (en especial hoy me refiero a Canal 4 que ayer compartió el resultado de una ¡encuesta!, 98% de las personas están dispuestas a firmar…Canal 4 carece de vergüenza a esta altura, se basaron en sms recibidos...no podés), a ellos sí se les puede pedir coherencia. También sentido común, que no abunda en sus cabezas por estos tiempos.
¿Cuántos son esos chiquilines que de paso se drogan con pasta base mientras agarran algún fierro o símil de juguete y salen a robar o a matar? ¿Cuántos? ¿Son tantos que representan una alarma social? ¿Son tantos que no podemos encontrar, nosotros los adultos, una solución que no sea la exclusión?
Porque entiéndase que la baja en la edad de imputabilidad es para todos los jóvenes y no sólo para el grupo de jóvenes desquiciados que no nos dejan dormir en calma.
Las estadísticas indican que son responsables del 5% de los actos de violencia… no parece tanto. Parecería más bien que algo este mundo adulto puede hacer y ¡ya!, no dentro de 4 años, ¡ya!. Por ejemplo, medidas rápidas para impedir que los menores que son detenidos no se escapen fácilmente de los centros de reclusión. ¡Ya! políticas educativas para esos jóvenes delincuentes pensando en reinsertarlos en esta sociedad con alguna herramienta para ganarse la vida. ¡Ya! seguir desarrollando políticas sociales para mejorar la calidad de vida de todos los uruguayos y ¡ya! podrían Bordaberry y sus seguidores ponerse a pensar y de paso preguntarse… ¿de dónde salieron esos jóvenes? ¿cómo fueron criados?, ¿qué entorno familiar tuvieron? Nosotros somos víctimas de la violencia que ellos desatan y ellos son víctimas de la injusticia social, la exclusión, la desigualdad, la marginalidad. Que no la construyeron ellos…calculo…
Y digo yo, capaz, hasta tienen algo que ver los que hoy promueven el plebiscito con estas cosas…no sé, yo digo…a veces me pongo a pensar y quedo más preocupada que antes. De todas maneras, prefiero la preocupación que me ronda en la cabeza y seguir manteniendo la certeza de que NO FIRMO. Y no firmo porque yo quiero soluciones, pero de las de verdad y ahora. Y se las exijo, a este gobierno que voté y a toda la clase política.
Firmemente digo que no firmo y firmemente digo que la violencia me preocupa muchísimo, me quema la cabeza y me sigo exprimiendo las dos neuronas que tengo pensando qué se puede hacer. Eso sí…Chapulín Colorado: abstenerse, aunque tú puedas salvarme…gracias, paso!
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