Qué, cuánto...mucho
Qué y cuánto representa Seregni en mi vida.
Seregni representa mi memoria: la dormida y la despierta.
Mi mamá y yo en el Comité de Base del Cordón en el 71. Ella participando, proponiendo y discutiendo. Yo: doblando listas y ensobrando, tan contenta de ayudar y ser parte.
Representa el acto del 26 de marzo del 71 en la explanada de la Intendencia. Yo a babuchas de mi viejo gritando a los que estaban abajo que la cantidad de gente que hay no podés creer, papá! ¡No podés creer!
Luego la caravana final de la campaña del 71 en la que con mi mamá nos subimos a una camioneta blanca de no sé quién y me acuerdo de “Seregni amigo, el pueblo está contigo” y de “Lucha, lucha y lucha no dejes de luchar, por un gobierno obrero, obrero y popular”. Y de pasar por la puerta de un club de los blancos y colorados y “aquí están, esos son, los que funden la nación”.
Me acuerdo de “no nos moverán” y el disco simple de Reed que me regaló mi viejo en una Feria del Libro que en ese entonces era en la IM. Rayado de oírlo. Después mi mamá, para empardarlo, me regaló el simple de “La brigada”, con aquel “aprontá tu corazón que ya sale un nuevo sol todos unidos en un latido”…fah.
Me acuerdo del acto final del 71 en Agraciada, que hoy ni el nombre tiene esa avenida, y mi vieja y su barra de amigos lidiando conmigo que era chica pero ya era desquiciada, en la puerta del IAVA todos… y yo gritando “¡haceme upa!” a cualquiera le pedía upa y después de lograr estar en las alturas, vociferaba: “¡la gente llega a 18!” y me decían que no, que no seas exagerada, te parece, y yo que no, no, es en serio. Y al otro día: los titulares.
Me acuerdo que ese día, era noviembre, yo daba un examen de inglés en el Anglo y que estaba primorosa en un vestido de verano. Mi vieja me fue a buscar a la puerta del Anglo. Me trajo los aprontes necesarios para ir al acto del FA: un blue jeans, una camiseta del Frente Amplio que me habían pintado a mano y un gorro rojo, azul y blanco. Me cambié en el baño del Anglo y allá arrancamos. Contentas: el acto final del FA y mi “very good” en English exam.
Me acuerdo de la tristeza, de las lágrimas, del dolor de mis viejos, de los amigos de mis viejos, de los compañeros de mis viejos. cuando Seregni fue en cana.
Me acuerdo de cuando llegaban cartas de Seregni, instrucciones de Seregni y en mi casa había reuniones y todos se abrazaban.
Me acuerdo del “se va a acabar” y de cuando se acabó.
Me acuerdo como si fuera hoy del día que liberaron a Seregni como unos de los días más felices de mi vida. Mi locura, las pocas formas de comunicarnos que teníamos en esa época, mi hijo Camilo que tenía unos meses y mi mamá que estaba con él y a mí que no me importaba nada, ni mi mamá, ni si podía ir o no ir, si me encontraba con mi compañero. Nada me importaba, solo llegar a Bulevar y Bulevar.
Me acuerdo de “el que no salta es un botón” y me acuerdo de “hay que saltar, hay que saltar, lo liberaron al General!”.
Me acuerdo del dolor del día que Seregni renunció a la presidencia del FA, me acuerdo de mi vieja, de las lágrimas y de “no puede ser”. Parecía que todo se acababa.
Me acuerdo de todo. A veces me parece que ni siquiera está bueno acordarse de tanto.
Me acuerdo cuánto lloramos el día que Seregni se murió, me acuerdo que fuimos al entierro con mi vieja, y que nos encontramos con Fede, el mejor amigo de mi hijo Camilo que se había hecho rastas en el pelo y hasta ahora las tiene y yo le digo siempre “las estabas estrenando el día que se murió Seregni, sacate eso de una vez, por dio, basta Fede…”.
Yo me acuerdo de todo. A veces ni quisiera.
A fuego tengo la mirada, la palabra y el énfasis del General en mi cabeza y en mi corazón. Yo, por eso sólo, soy capaz de pelear hasta con los dientes, cada día de mi vida. Ni que hablar de las ideas, sus ideas, mis ideas…que son el sustento.
Es eterno el compromiso. En el General: su mirada, su palabra, su énfasis…yo reconozco mi vida entera. Salud. Eternamente. Y me paro para decirlo.
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