Solita la zapatilla

Cuando llegué esta mañana a la playa, al lugar que voy siempre, estaba ella ahí, solita la zapatilla.
Miré para todos lados buscando a la dueña, que seguramente debía andar agachada rebuscando entre la arena, para gritarle: “Acá está, la tengo yo”… pero no, ninguna mujer en situación de búsqueda desesperada.

Era temprano así que había muy poca gente. Mismo que la dueña de la zapatilla, en la playa ya no estaba.
Después empecé a buscar la otra zapatilla, como había viento…bueno, se podía haber volado. Pero no, no estaba la compañera por ningún lado.

Me hizo acordar a mi cuento de las medias que una vez puestas en el lavarropas, desaparecen y ahí permanece una sin compañera, triste en el cajón de la ropa interior, llorando la nostalgia de la pareja perdida y encima sin entender el motivo.

Así fue que pasé el resto de la mañana imaginando que podía haberle pasado a la mujer que dejó la zapatilla. Bien puede haber subido a la Rambla descalza, pero ¿cómo no se dio cuenta al irse que le faltaba una? Pongamos que se dio cuenta y le dio fiaca bajar a buscarla. Es de locos ese razonamiento. ¿Prefirió irse saltando en una pata? O de lo contrario ¿eligió caminar calzada con una zapatilla y descalza del otro pie, pisando el asfalto hirviendo? No, no, pensaba yo ahí en la playa, mate en mano y cavilando…acá algo raro pasó.
La miré bien a la zapatilla. Fea me pareció. Digamos fea, para mí gusto, porque es medio como dorada y yo aborrezco el dorado y el plateado en general, pero en un par de ojotas ya raya en la indignidad. Pero bueno, todo es cuestión de gustos, no?, decía un amigo mío que untaba las milanesas con dulce de leche.

Capaz que mucho a la dueña tampoco le gustaban y por eso perdió una, como para zafar, ponele. Digamos: prefirió olvidarla con tal de no tener que usarla. Puede ser, es una hipótesis.

El caso es que la seguí mirando y ustedes dirán “pero qué mina divagante” -que fue exactamente lo que dijo mi hijo Camilo con una sonrisa irónica, cuando llegó más tarde a la playa y le conté el problemón en el que me había metido-, dirán lo que quieran, pero yo la seguí mirando y vi que en el dorado había dos letras, como ustedes podrán apreciar en mi testimonio gráfico: una “V” y una “E”; o sea “VE”.

Cualquier tarado se da cuenta, o sea, hasta yo me avivé sin ayuda, que si en un pie, el derecho, dice “VE”, en el izquierdo diría “LO”, es decir, juntas ambas zapatillas, la presentada y la extraviada, dirían: LOVE.
Ahora ¿quién se compra un par de zapatillas para la playa, doradas y que digan LOVE? Yo creo que nadie en su sano juicio, pero sí es probable que alguien las regale, no? Digamos…no son cualquier haviana de las que yo uso. Son zapatillas con mensaje, que no es poco decir. Algún amoroso o amorosa le regaló a la pérfida que desconocemos, unas zapatillas con dedicatoria, le dijo “te quiero” en lenguaje ojota. Muy creativo/a. ¡Y la ingrata la dejó tirada!

A esta altura de mi razonamiento pude concluir, porque soy muy afecta a andar sacando conclusiones, que la historia de la zapatilla abandonada en la arena de la playa Pocitos, es una historia de amor que no tuvo final feliz.

Y no me vengan con que de repente estoy equivocada: si la mina fue capaz de salir quemándose la planta del pie –cosa desagradable si las hay- o andar como una guaranga saltando por la Rambla de Pocitos en una pata; es que estaba decidida a todo y el rencor pudo más que el afecto que hubo y ya fue.

En fin…esta es una historia con final abierto. Jamás conoceremos el fatal desenlace. Podría seguir elucubrando pero la dejo acá, porque el verano sigue, vaya a saber qué me espera a la vuelta de la esquina o en la próxima bajada a la playa y tampoco quiero aburrirlos o lo que sería aún peor, quedarme sola en esta red. 
Sola como la zapatilla.


Comentarios

  1. La otra zapatilla- la que dice "LO"- se la tiró la Marcela al "peoresnada" que la engañaba ignominiosamente con su mejor amiga, La Clau- esa que anda siempre con el pelo todo alborotado- y llegó hasta Punta Carretas. Después persiguió a la Clau hasta Pocitos, y la Clau- que no es boba- escondió la que dice "VE" y se inventó flor de historia. Porque algo tenía que hacer para disimular la que se había mandado. ¿qué me Contursi? ¿Eh?

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