QUE NUNCA FALTE

Tengo una sola bandera.

Me falta el diseño que algún día conseguiré. Una bandera que sea el símbolo de todas las cosas en las que creo. 

Soy una mujer militante, feminista, de izquierda, del Frente Amplio.

Mis creencias son tan básicas como básica y finita es la gente y la vida. 

Creo firmemente en el respeto de los derechos de toda la gente. Creo en la tolerancia y en que es fundamental ponerse siempre en el lugar del otro. Creo en la igualdad que no es otra cosa que reconocernos pares y juntos. Creo en otra igualdad que también necesito conseguir y es la igualdad de las oportunidades. Creo en el trabajo, en sumar esfuerzo a diario atrás de algo que sea grande, que nos junte y nos haga temblar por lo que le pasa a todos. Creo en los sueños y creo que se hacen verdad si peleas por ellos. Creo firmemente en la solidaridad, en tejer redes. Creo que es importante contener y ser contenida. Creo que es bueno llorar y condolerse por la injusticia, pero creo más en levantarse y lucharla desde donde puedas, creo que hay que sonarse la nariz, secarse los ojos y seguir para adelante. Creo en la unidad, en la gente cuando se junta y piensa menos sí mismo y en su chacra y más en lo que es necesario para todos. Creo que somos gigantes, que estamos por todos lados, que a veces estamos como bichos bolita metidos para adentro y que algo pasa y zacate, nos despertamos como un aluvión de fuerza, como terremoto nos llevamos todo por delante. Creo en los horizontes y no como límite, sino como el postre que se demora pero viene seguro después del plato principal. Creo en los abrazos, en decir que te quiero y que me importás pila aunque nunca te haya visto la cara y aunque vivas lejos de mi casa. Creo en cantar juntos, en inventar consignas, en reírse alto, en salir a la calle y caminar. Creo en pensarse para adelante, en mirar a los niños y las niñas e imaginarse su futuro y reflexionar qué carajo estamos haciendo por eso y por ellos. Creo en la esperanza y en la alegría y en la paz. 

Creo en un montón de cosas que me alimentan cual si fueran café con leche y pan con manteca cada mañana. Pero sobre todo me pone muy feliz y me hace redoblar cada esfuerzo saber que yo tengo un final, que la gente tiene un final y la vida tiene un final, pero mis creencias y mis principios, no. Son la propia infinitud.

Yo creo en eso y tengo una bandera que no sé qué colores tiene porque sólo falta diseñarla.

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