ME ACUERDO...


De una fiesta de disfraces (año 1970… creo, yo 9 añitos). El disfraz fue hecho en colaboración entre mi papá real y mi papá postizo. Pelusa, mi viejo, me hizo la bermuda, llena de parches, retazos y frases pintadas (que horrorizaron a mi abuela Carmen) como por ejemplo: “Viva el LSD” . Roberto, mi padrastro, me hizo pintar la camiseta, que adelante decía “Por favor no pisen”…y atrás tenía dibujadas decenas de flores. Yo lucí orgullosa dicho atuendo, con una vincha entre la frente y los rulos y…¡saqué el primer premio! Bajo el influjo de esa combinatoria “pop wharholiana”, sigo en pie y por el mismo camino…¡viva la psicodelia y el Flower-Power!
De salir del liceo a las 19.45 (año 1976) y correr para llegar a tiempo a “Canto para que estés” en la ACJ Centro con mi amiga María…a veces, hasta de uniforme porque no nos daban los tiempos para “producirnos”…y sobre todo me acuerdo de “Los que iban cantando” y de “Contraviento y Mariana”. Aprendí “Ojalá” con ella… mucho después supe de la existencia de Silvio Rodríguez.
También con mi amiga María…por aquellos años, me acuerdo que rejuntábamos niñas en el barrio para llevarlas a ver “Canciones para no dormir la siesta” a la sala chiquita de “El Galpón” de la calle Mercedes. Para no quedar tan pegadas, porque ya estábamos grandecitas para pregonar por el mundo que ♪♪“Manolo tenía una orquesta, que es ésta, que es ésta” ♪♪…
Muchos, pero muchos años después, me acuerdo de la primera vez que vi a Charly, en el hall de COFAC de la calle Piedras (ambos concursando para acceder a un cargo de Auxiliar en la Cooperativa) y yo le dije…”ah, pero vos sos el de “Canciones”!!!
Del acto final del Frente Amplio en el 71. Ese día rendí un examen de Inglés como alumna externa en el Anglo, toda paqueta y modosita yo en mi vestidito rosado con florcitas rococó. Salvé con “Very Good”. Mi mamá y su barra de conspiradores, me esperaron a la salida con mis “blue jeans” (¡cierto!) y una camisa roja (regalo de mi viejo, que era del PC) para que me cambiara rapidito y siguiéramos viaje hacia el acto. Me acuerdo que Charles me subió a sus hombros, mismo en la puerta del IPA, y que yo miraba para el Palacio y para el Centro y gritaba “Hay mucha gente, muchaaaaa genteeeee, hasta “18” les juro que llega la gente!”. Y ellos no me creían…
Y también me acuerdo por esas mismas fechas, que mi prima Patricia, que era una beba de un año, en el living de mi casa de la calle Arenal Grande 1360, mientras se tomaba mate y se hablaba de política y del próximo triunfo del Frente Amplio… tan cercano que parecía, dijo “SEREGNI”…clarito lo dijo…una sola vez…todos los presentes lo juramos. Jamás logramos que lo repitiera…
Que Yoli (mi mamá postiza, permanente amor de mi vida hasta hoy) me regaló el día que cumplí 7 años el disco “Canciones para mirar” de María Elena Walsh y que cuando escuché la canción de la pájara pinta a la que un cazador le mata su marido “con una escopetita verdeeee, el día de Sanborombóm” me puse a llorar… y no paré en todo el resto de la fiesta…
De mi abuelo Roque, que sabía arreglar todas las cosas con un alambre o un palito tipo McGuiver, usaba boina de vasco, hablaba poco y despacio, era amigo de Frugoni y cumplía años el 1ro. de mayo. Almorzábamos delicias que preparaba mi Abuela Tita emulando a Doña Petrona para el festejo y después nos íbamos al acto del Día de los Trabajadores, él, mi vieja y yo, caminando por San Martín y después, Gral. Flores. Todos los años igual… mientra se pudo.
Que mi hijo Camilo se largó a caminar en el Comité de Base “Vanguardia”, año 1984 y que una vez, cuando estornudó y yo, solícita y atenta, le dije “Salud, Cami!”, él levanto su brazo izquierdo, con el puño apretado…tenía un año…muy fuerte!
De los troley de AMDET, que todas las mañanas se “destrolaban” en Rivera y Soca y me hacían llegar 20 minutos tarde a la oficina…y me acuerdo de Carlitos Farachio, mi amigo de la vida, compañero de oficina y de troley en ese entonces, cruzando a las corridas en Rivera y Santiago Rivas para agarrarlo y llegar tarde, juntos los dos…
Que cuando nació Valentina, a la una menos cuarto de la madrugada, yo estaba exhausta porque había sido un parto complicado, pero ella se quedó ahí apretujada contra mí, jamás se durmió ni paró de mirarme un solo instante. A mi me daba un poco de miedo aquella niña de mirada firme, así que tampoco me dormí. De mañana, cuando vino mi tía Lilita a conocerla y a ver a la sobreviviente, que era yo, dijo: “ésta va a ser una viborita”…tal cual, mi tía Lilita entiende todo, es una ilustre…
Que Valentina una vez se cayó de cara contra el piso y la cara le quedó a cuadritos…Yo le enseñé esto: “Valen, si ves que te vas a caer, no pongas la cara, poné las manos”. De ahí en adelante, cada dos por tres aparecía con las manos chorreando sangre y sonrisa satisfecha, gritando: “Mirá, mamiiiii, me caí y puse las manos!”…esa es Valen…
De Nano, mi perro, el día que llegó a casa…tan caniche y tan chiquitito en sus 40 y pocos días…haciendo la mímica del ladrido porque no emitía sonido alguno…y Cami y Valen seriamente preocupados pensando que su perro era mudo…los vecinos hoy dan fe de que no lo es…
Y me acuerdo de muchaaaas más cosas…que me reservo para seguir contando en futuras ocasiones…porque estamos hechos de recuerdos y memoria, por suerte y que nos dure…

Comentarios

  1. Hola

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