Una aclaración
Esto que "pego" aquí lo acabo de poner en mi muro de Facebook, red social de la que participo todos los días de mi vida. Tengo muchos amigos y amigas (tuve muchos más pero después fui seleccionando con algún criterio que ya olvidé). Twitter tengo pero casi no lo uso. Y luego está este espacio, este blog, en el que no se "interactúa" tanto ni tan seguido, pero por alguna extraña razòn, tiene bastante tránsito. Más tránsito en otros paìses, por ejemplo México - que lleva la total delantera - que en el mío, así que quizás a algunos visitantes les parecerá extraño lo que van a leer a continuación, pero remitiéndose a la nota anterior ("Palos") se van a dar una idea. Me pareció apropiado compartir este comentario aquí, con aquellos que quizás sólo me conocen desde este blog. También son mis amigos, a estas alturas, así que aquí va:
Me apena y afecta leer en las "Noticias" de Facebook y en algunos “grupos” opiniones cargadas de algarabía por la decisión de internar en el INAU a los tres adolescentes de Nueva Palmira, causantes del apaleamiento de la perra. Leer que gente con la que interactúo casi a diario, se une y está de acuerdo con el "escrache", con la publicación de sus direcciones, de sus teléfonos y hasta de sus fotos.
Amo a los perros, cuido y atiendo a Nano (hay nota sobre él, ver "Nano-Nanito"), un caniche de 16 años, con dedicación y esmero. Su absoluta senilidad y su ceguera no son fáciles de sobrellevar pero doy gracias por tenerlo todavía conmigo. Hace años que no me voy de vacaciones porque no puedo llevarlo ni me animo a dejarlo con nadie. Seguramente cuando no lo tenga, habrá otra mascota en mi casa que será cuidada y priorizada de la misma manera.
Hablando de perros y de incidentes, hace ya tres semanas que estoy a quietud por un incidente con uno (ver nota "Estáte-quieta"), y aunque me trajo consecuencias que nunca esperé en tanto dolor, gastos, tres semanas sin poder trabajar y necesidad de atención de mi familia, jamás, ni loca, sería capaz de darle ni una palmada como castigo al perro que me causó la lesión. Soy bichera hasta el hartazgo y cualquiera que me conozca sabe que es cierto.
Pero hay una distancia infranqueable entre lo que sucedió en Nueva Palmira con la perra,que fue terrible e innecesario, y las amenazas, los insultos, la difamación a esos jóvenes y sus familias, más las expresiones de "festejo" publicadas en la red,a raíz de la resolución de la justicia que internó a los adolescentes en el INAU.
Por ahí no va la cosa en mi entender. En cuanto a los que realizaron o aún realizan esos comentarios, jamás los leí así de enardecidos, ni dispuestos a denunciar, a movilizarse y unirse para defender la vida de un niño o de una mujer que sufrieron violencia. Ya me gustaría saber cuántos de ellos, si tienen un caso de maltrato a un niño en su entorno cercano, son capaces, al menos, de hablarlo con el responsable o hacer la denuncia, si corresponde.
Con mucha pena, considero que ya no vale la pena interactuar en Facebook con los que opinan y sobre todo, sienten, de forma tan distinta a la mía.
No es un tema menor , por eso creo que valía la pena esta aclaración.
Me apena y afecta leer en las "Noticias" de Facebook y en algunos “grupos” opiniones cargadas de algarabía por la decisión de internar en el INAU a los tres adolescentes de Nueva Palmira, causantes del apaleamiento de la perra. Leer que gente con la que interactúo casi a diario, se une y está de acuerdo con el "escrache", con la publicación de sus direcciones, de sus teléfonos y hasta de sus fotos.
Amo a los perros, cuido y atiendo a Nano (hay nota sobre él, ver "Nano-Nanito"), un caniche de 16 años, con dedicación y esmero. Su absoluta senilidad y su ceguera no son fáciles de sobrellevar pero doy gracias por tenerlo todavía conmigo. Hace años que no me voy de vacaciones porque no puedo llevarlo ni me animo a dejarlo con nadie. Seguramente cuando no lo tenga, habrá otra mascota en mi casa que será cuidada y priorizada de la misma manera.
Hablando de perros y de incidentes, hace ya tres semanas que estoy a quietud por un incidente con uno (ver nota "Estáte-quieta"), y aunque me trajo consecuencias que nunca esperé en tanto dolor, gastos, tres semanas sin poder trabajar y necesidad de atención de mi familia, jamás, ni loca, sería capaz de darle ni una palmada como castigo al perro que me causó la lesión. Soy bichera hasta el hartazgo y cualquiera que me conozca sabe que es cierto.
Pero hay una distancia infranqueable entre lo que sucedió en Nueva Palmira con la perra,que fue terrible e innecesario, y las amenazas, los insultos, la difamación a esos jóvenes y sus familias, más las expresiones de "festejo" publicadas en la red,a raíz de la resolución de la justicia que internó a los adolescentes en el INAU.
Por ahí no va la cosa en mi entender. En cuanto a los que realizaron o aún realizan esos comentarios, jamás los leí así de enardecidos, ni dispuestos a denunciar, a movilizarse y unirse para defender la vida de un niño o de una mujer que sufrieron violencia. Ya me gustaría saber cuántos de ellos, si tienen un caso de maltrato a un niño en su entorno cercano, son capaces, al menos, de hablarlo con el responsable o hacer la denuncia, si corresponde.
Con mucha pena, considero que ya no vale la pena interactuar en Facebook con los que opinan y sobre todo, sienten, de forma tan distinta a la mía.
No es un tema menor , por eso creo que valía la pena esta aclaración.