INTERMITENTE
No pago derecho de autor para decir. No pago porque me corresponde a mí sola y me hago cargo. No pago por compartir lo que se me canta con quienes quiero. Porque tengo derecho a hacerlo, por ahora. Aprovecho del espacio permitido y de los que me rodean para decir y decirles.
Me son comunes los problemas de los demás porque también son los míos. Me identifico con los otros porque lo que me pasa a mí ya le pasó a otros. Pongo en riesgo mi autenticidad y no me importa un pito. Las más de las veces, me siento amparada en mis amigos. En la gente común. Soy común, me pasan las mismas cosas que a todo el mundo. Estoy contenta y de golpe estoy triste. Estoy contenida y de pronto soy sostén de alguien. Pierdo gente y pierdo cosas y no las encuentro. Me siento un rato bien y un poco mal. Dudo de ser buena compañera de quien lo necesita y de pronto me entero que dije las palabras necesarias para un casi desconocido. Soy una contradicción con patas. Disputo mis propias contradicciones para ser más clara y no puedo con ellas. Me ganan. Me afirmo para decir cosas que valgan la pena y termino como una gelatina, tambaleándome en medio de los sentimientos de los demás. Quiero ser árbol y nunca fui ni semilla. Quiero ser apoyo y no soy ni silla. Quiero traspasar energía y se ahuyenta, queda flotando en el limbo como si tal cosa. No llega, no conforma. Soy un pedazo de vida inquieta y contradictoria, que abraza y se desmorona, todo al mismo tiempo. Me miento y miento al barrer, para zafar de la circunstancia. Al fin y al cabo, soy como cualquiera…intento dejar una huella o un buen recuerdo pero no encuentro la huella que me marque mi propia senda…inconsistente, frágil, vulnerable. Quiero que se me entienda el silencio y la forma de mirar, quiero yo que de algo sirva estar sin cáscara ante los otros. Quiero querer sin pertenencia pero que se entienda de lejos. Y quiero mucho imprimir vuelo, vuelo sanador que permanezca y dure. Que se haga presente en las nimiedades, en el café con leche que preparo y en la nube que oscurece la tarde como un designio. Quiero entender y comprender y saber decir. Y llegar a tiempo con las palabras. Quiero llegar a tiempo, eso…
No sé si alguna vez les habrá sucedido a ustedes sentirse tan parte de nada, tan adentro y tan afuera. Pero si acaso les pasó, sabrán de qué estoy hablando…
Me son comunes los problemas de los demás porque también son los míos. Me identifico con los otros porque lo que me pasa a mí ya le pasó a otros. Pongo en riesgo mi autenticidad y no me importa un pito. Las más de las veces, me siento amparada en mis amigos. En la gente común. Soy común, me pasan las mismas cosas que a todo el mundo. Estoy contenta y de golpe estoy triste. Estoy contenida y de pronto soy sostén de alguien. Pierdo gente y pierdo cosas y no las encuentro. Me siento un rato bien y un poco mal. Dudo de ser buena compañera de quien lo necesita y de pronto me entero que dije las palabras necesarias para un casi desconocido. Soy una contradicción con patas. Disputo mis propias contradicciones para ser más clara y no puedo con ellas. Me ganan. Me afirmo para decir cosas que valgan la pena y termino como una gelatina, tambaleándome en medio de los sentimientos de los demás. Quiero ser árbol y nunca fui ni semilla. Quiero ser apoyo y no soy ni silla. Quiero traspasar energía y se ahuyenta, queda flotando en el limbo como si tal cosa. No llega, no conforma. Soy un pedazo de vida inquieta y contradictoria, que abraza y se desmorona, todo al mismo tiempo. Me miento y miento al barrer, para zafar de la circunstancia. Al fin y al cabo, soy como cualquiera…intento dejar una huella o un buen recuerdo pero no encuentro la huella que me marque mi propia senda…inconsistente, frágil, vulnerable. Quiero que se me entienda el silencio y la forma de mirar, quiero yo que de algo sirva estar sin cáscara ante los otros. Quiero querer sin pertenencia pero que se entienda de lejos. Y quiero mucho imprimir vuelo, vuelo sanador que permanezca y dure. Que se haga presente en las nimiedades, en el café con leche que preparo y en la nube que oscurece la tarde como un designio. Quiero entender y comprender y saber decir. Y llegar a tiempo con las palabras. Quiero llegar a tiempo, eso…
No sé si alguna vez les habrá sucedido a ustedes sentirse tan parte de nada, tan adentro y tan afuera. Pero si acaso les pasó, sabrán de qué estoy hablando…