¡Y sí...retruco, 2015!
Casi se terminó el 2014. Vamos por el cliché: ¡cómo pasa el tiempo, que lo tiró! Ayer llevé a mis nietos, por primera vez, a ambos, a un cumpleaños. O sea, les explico, mis nietos han pasado de ser unos babies, a la categoría “niña y niño grandes” con quienes se puede ir a un sitio sin otra compañía que esta dedicada abu y sin una valija de auxilio llena de pañales, mamaderas, Perifar líquido por si acaso, papillas asqueantes en tuppers ídem y otros primores. Julieta llegó a mi casa en el auto de su otra abu, a las 6 de la tarde, tal como fuera acordado, “dressing” un vestido rosa pálido que no se podía creer, sandalias al tono, cartera de pielcita de Peppa Pig (séh, al tono, oppio) y lentes de sol (puestos...un día gris como los usuales) de Kitty. De catálogo ella. Garroneamos a la abue “manejadora” y nos fuimos a buscar a Lucas. Muy fachero él: jean, championcitos Nike con luces, remera roja de Spider-man, quétepasa. Ahí tomamos un taxi hasta el luga...