No es caprichoso levantar estas banderas
Tengo la vida que me hice, como todo el mundo.
Hace 10 años dejé de ser bancaria porque quise y renuncié a un preciado salario también porque quise, porque me cansaron y porque tuve ganas de intentar otra cosa. Después quise tener un emprendimiento propio y me fue mal. Terminé en 2007/2008 queriendo encontrar de nuevo un trabajo y un salario y conseguí. Tuve un salario digno pero pequeño, que fue creciendo. Ahora es un poco más que digno y me doy un montón de gustos.
Cuando mis hijos eran chicos, pagarles la mutualista dependía de nuestro sacrificio o de que mi abuela me prestara plata cuando cobraba la jubilación. Ahora mis hijos son grandes y mis nietos tienen mutualista porque sus padres son trabajadores. Derecho consagrado. No piden nada. A veces se complica por los tickets o por las órdenes, y yo sé que eso tiene que mejorar y ser más sencillo, o menos oneroso.
Cuando mis hijos eran chicos, pagar el jardín era una obra de ingeniería. Siempre lo logré, pero alrededor…cadáveres quedaban.
Hoy mi nieto va a un CAIF y mi nieta va a un jardín privado, pero están en un mismo nivel, he ido y participado de una u otra manera en los dos y doy fe de que es así. En uno pagan $ 6 mil pesos por mes, en el otro: 0. Sin embargo: igual nivel pedagógico, materiales, cuerpo docente. Nada que envidiar uno del otro.
Yo me acuerdo de los años 90 y no saber cuánto te iba a costar un litro de leche cuando llegabas al almacén. Ahora la inflación es de un dígito y yo en mi sueldo tengo el aumento que me genera el Consejo de Salarios. Compro leche “larga vida” y no me va la vida en ello.
Cuando mis hijos eran chicos, había cientos de niños como ellos en la calle pidiendo limosna y vendiendo en los ómnibus cualquier cosa. Ahora no hay. Ni uno. Y eso que me paso la vida yendo de aquí para allá y viendo todo.
Mi abuela Carmen quedó casi ciega a causa de cataratas y estuvo 4 años viviendo en las tinieblas en la década del 80 porque no teníamos la plata para operarla “particular” y en la mutualista la lista de espera era eterna. Hoy tenemos Hospital de Ojos para los que no pueden pagar y se les devuelve la vista y la vida.
Hace 10 años atrás, viví meses adentro del Hospital Maciel con mi viejo y era como estar en las puertas del infierno. Me acuerdo que un enfermero me dijo cuando yo acompañaba a mi viejo a internarse: “a partir de ahora, tenés que saber que entrás a un lugar desconocido…se nota que nunca pasaste por acá”. Hoy, el Maciel es un hospital humano, decente, en el que no te da miedo entrar, se parece a tu mutualista, ni más ni menos: el mismo dolor, la misma dignidad.
Hace 10 años el boleto era caro y tomabas un bus y si te dejaba lejos, te pateabas todo. Pagar otro boleto, no estaba en los planes. Hoy pedís boleto de una hora y subís-bajás-subís-bajás. Fácil y sin costo.
Que mi hija estudiara inglés me costó sacrificios, sudor y lágrimas. Hoy mi sobrina, estudia inglés en la escuela pública, vía Internet, con una profe de los "States" desde una pantalla. Mismo: te lo juro.
Cuando nacieron mis hijos yo me reintegré a trabajar en horario completo cuando ellos tenían 40 días. Y el padre de mis hijos tuvo un día de licencia. Ahora…bueno, huelgan los comentarios me parece.
Yo tuve amigos y amigas que preferían mentirme y mentirse antes de decirse y decirme que su opción sexual era otra. Hoy viven con sus parejas y si quieren se casan y yo voy al casamiento y tiro arroz. Son felices. Como cualquiera.
Yo viví sin derechos, con déficil fiscal, con inflación de dos dígitos y hasta de tres.
Yo vi sufrir a la gente y yo sufrí por mí, por mi familia y por la gente.
¿Diez años de gobierno del Frente Amplio lo han cambiado todo?
No, no todo no. Muchas cosas cambiaron y faltan otras muchas por lograr. Faltan más derechos. Falta más “emparejar para arriba”. Falta mucho.
Pero lo que hoy tenemos, lo que hay hace la diferencia, no lo hizo solito el Frente Amplio.
Lo hice yo CON el Frente Amplio. Apostando, metiendo ganas, participando.
Lo hizo la gente que suma a más gente para pensar en la gente, gente a la que le importa lo que le pasa a todos.
Y yo estuve ahí, haciendo. Diciendo. Peleando. Enojándome. Reclamando. Manifestándome.
Hace 10 años que estoy ahí. Y antes de eso también estuve: mucho tiempo antes, también estuve.
Voy a seguir estando. Porque soy parte y hago. Y cuando tengo que reclamar y ponerme loca, me pongo y lo publico. Me amplifico. No me importa nada, salvo lo que lo que nos importa a todos.
Pero lo que tengo, lo que tenemos, lo que conseguimos con tanta lucha y con el compromiso de pensar para el colectivo… ¿perderlo por 4 gatos locos que hablan de quimeras y mueven los pelos al viento tirando frases hechas que no convencen?…ni a palos, señores y señoras, ni a palos.
Para atrás nada: ni para tomar impulso y salir corriendo. Para atrás, nada. Hagan el favor de detenerse, de salirse del slogan y de pensar un poco, de reflexionar en sus propias vidas y su entorno.
Yo creo que todos queremos que no se detenga la lucha para conseguir el país que TODOS NOSOTROS nos merecemos. Yo voy por más y realmente espero y necesito que me acompañen.
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