La carta debida
Yo te entiendo siempre. Porque te conozco del derecho y del revés.
Desde chiquita te conozco.
Yo sé cuánto te costó todo y cuánto te cuesta. Yo sé de lo que sentís vos y sé casi todo lo que no decís.
Estas letras no son para decirte que tenés que ser de otra manera. No te estoy alentando a cambiar porque ya sé que no se cambia y porque no soy quién para andar como un manual de autoayuda. Llega un momento que no se cambia más. Yo sé. Entiendo.
Estas letras son para decirte que no te pierdas más nada. O sea, que no te pierdas vos.
Que es mejor abrazar que soltar. Que es mejor llamar que quedarte pensando qué carajo pasa. Que es mejor preguntar que no saber. Que es mejor ser parte aunque duela la vida y sus putos momentos que esperar que otro te de el permiso de ser parte. Que no se precisan permisos si querés protagonizar. Que los pasados si fueron amores siguen siendo lo mismo ahora. Que no tenga que venir otro para contarte algo tan esencial. Que fingir que no importa hace agua por todos lados y no es creíble.
Estas letras son para decirte que no esperes callado. Que esperes, pero diciendo.
Que si querés gritar, grites. Total, los ruidos abundan. Un grito destemplado no va a manchar más al tigre. Y aunque no parezca, en el entorno hay paciencia y cariño para soportar tu escándalo.
Te escribo para decirte que sos tan importante vos y no te has dado cuenta. No abandones ese lugar en el que te puso la vida. No te lo pierdas más.
Agarrá la rienda. Decí. Hablá. Llamá. Reclamá. Compartí. Peleá. Da órdenes. No sueltes. Agarráte y sostené. Apoyá y poné la espalda. Y el oído. Poné el oído. Abrazá. Incorporá. Andá a lugares a los que no te han invitado. Mandáte.
No te lo pierdas.
No te “los pierdas”. Valen la pena.
Te lo digo yo que si soy alguien, poquito, soy una que te conoce desde chiquita.
No son consejos. La cerradura está en el mismito lugar y copia de la llave, tenés.
No son consejos, te repito, son ganas contenidas de decírtelo hace tiempo y se sueltan en letras, porque es de la única forma que sé…ponele.
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