APLAUSO
(Reflexiones sobre el Mundial, Sudáfrica 2010)
¡Bombo, platillo y redoblante para esta selección uruguaya!
Hoy…ni estadísticas, ni quejas de lo mal que cobró el juez, ni llantos porque la suerte no nos acompañó. Dignamente y luchándola hasta el último segundo, perdimos 3 a 2 con Holanda en semifinales, logrando ser uno de los cuatro mejores equipos del mundo. Y ya está, ya fue, somos terceros o cuartos, el sábado sabremos.
Lo que no fue es lo que dejaron en nosotros estos 23 muchachos que se cargaron al hombro semejante responsabilidad y la esperanza de un país entero. Un país que ayer de tarde se quebró un poco pero que quedó bien parado en su lugar.
Y si no leemos positivamente esta hazaña, si nos sentimos perdedores y desalentados, es que no hemos entendido nada de nada… sin caer en el conformismo fácil y reconociendo que todos queríamos ver a Uruguay Campeón, yo opino que sí, que los uruguayos entendimos lo que pasó.
Recibimos un mensaje enérgico, de equipo a equipo (de los 23 celestes del Maestro Tabárez a los 3 millones de uruguayos que acá estamos). Este equipo generó empatía en nosotros los espectadores, y le dio sentido a este colectivo, recuperando la identidad uruguaya. El mensaje es claro y remite inevitablemente a lugares comunes, que no por ello dejan de ser ciertos y valiosos: los uruguayos podemos dar la pelea por lo que queremos si hay pasión, entereza, coraje, entrega y sobre todo trabajo en equipo. Creo que debemos disfrutar de los logros obtenidos con orgullo y con alegría. Creo que debemos estar agradecidos a esta selección que despertó pasión. Pasión compartida que nos acerca y nos compromete hacia el futuro. La expresión de estos sentimientos nos hace bien, a cada uno de nosotros y como conjunto.
Podemos soñar y si compartimos el sueño, será más fácil hacerlo cierto, trátese de fútbol o de cualquier otro proyecto que nos implique como grupo humano. Si tenemos talento, mejor, porque será más fácil. Si no somos precisamente los más virtuosos, nos costará más llegar...pero con esfuerzo y compromiso, creyendo en lo que hacemos, estaremos peleando por conseguirlo. Y en la pelea, se construye. Sin quejas, sin determinismo, sin excusas fáciles, sin buscar culpables...con decisión y, sobre todo, con ganas y poniendo lo que hay que poner, como dice Tabárez.
En el camino se gana y se pierde, caminando nos vamos a ver a nosotros mismos creciendo. Con el objetivo al frente, juntos y con esta alegría que estamos estrenando.
Sigamos por acá, diciéndole no al achique, a la queja, al gris, creyendo en nosotros mismos, aprendamos de esto...siendo el mismo país chiquitito que esta vez se supo parar con determinación ante el desafío.
La actuación de esta selección a mí me dejó estas cosas… mucho me gustaría que la mayoría estuviera de acuerdo…
(Reflexiones sobre el Mundial, Sudáfrica 2010)
¡Bombo, platillo y redoblante para esta selección uruguaya!
Hoy…ni estadísticas, ni quejas de lo mal que cobró el juez, ni llantos porque la suerte no nos acompañó. Dignamente y luchándola hasta el último segundo, perdimos 3 a 2 con Holanda en semifinales, logrando ser uno de los cuatro mejores equipos del mundo. Y ya está, ya fue, somos terceros o cuartos, el sábado sabremos.
Lo que no fue es lo que dejaron en nosotros estos 23 muchachos que se cargaron al hombro semejante responsabilidad y la esperanza de un país entero. Un país que ayer de tarde se quebró un poco pero que quedó bien parado en su lugar.
Y si no leemos positivamente esta hazaña, si nos sentimos perdedores y desalentados, es que no hemos entendido nada de nada… sin caer en el conformismo fácil y reconociendo que todos queríamos ver a Uruguay Campeón, yo opino que sí, que los uruguayos entendimos lo que pasó.
Recibimos un mensaje enérgico, de equipo a equipo (de los 23 celestes del Maestro Tabárez a los 3 millones de uruguayos que acá estamos). Este equipo generó empatía en nosotros los espectadores, y le dio sentido a este colectivo, recuperando la identidad uruguaya. El mensaje es claro y remite inevitablemente a lugares comunes, que no por ello dejan de ser ciertos y valiosos: los uruguayos podemos dar la pelea por lo que queremos si hay pasión, entereza, coraje, entrega y sobre todo trabajo en equipo. Creo que debemos disfrutar de los logros obtenidos con orgullo y con alegría. Creo que debemos estar agradecidos a esta selección que despertó pasión. Pasión compartida que nos acerca y nos compromete hacia el futuro. La expresión de estos sentimientos nos hace bien, a cada uno de nosotros y como conjunto.
Podemos soñar y si compartimos el sueño, será más fácil hacerlo cierto, trátese de fútbol o de cualquier otro proyecto que nos implique como grupo humano. Si tenemos talento, mejor, porque será más fácil. Si no somos precisamente los más virtuosos, nos costará más llegar...pero con esfuerzo y compromiso, creyendo en lo que hacemos, estaremos peleando por conseguirlo. Y en la pelea, se construye. Sin quejas, sin determinismo, sin excusas fáciles, sin buscar culpables...con decisión y, sobre todo, con ganas y poniendo lo que hay que poner, como dice Tabárez.
En el camino se gana y se pierde, caminando nos vamos a ver a nosotros mismos creciendo. Con el objetivo al frente, juntos y con esta alegría que estamos estrenando.
Sigamos por acá, diciéndole no al achique, a la queja, al gris, creyendo en nosotros mismos, aprendamos de esto...siendo el mismo país chiquitito que esta vez se supo parar con determinación ante el desafío.
La actuación de esta selección a mí me dejó estas cosas… mucho me gustaría que la mayoría estuviera de acuerdo…
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