AMOR POR EL NEOLOGISMO
Tengo una neurosis obsesiva con el lenguaje…en su oralidad y en su escritura. Me fijo todo el tiempo en la forma de hablar de la gente y, ni qué decir, en la forma de escribir. Si es por escrito, ni siquiera estoy cerca de entender cuando los “horrores” saltan a la vista, básicamente, no consigo entrar en tema. Me dan ganas de corregir y no soy quién, así que abandono al instante y me dedico a otra cosa. Cuando miro tele o escucho radio -prestando la atención debida- me broto como una alérgica en primavera ante las cosas que escucho y comento a todos los que tengo a mi alcance, en estado de frenesí y queriéndoles contagiar mi desazón.
No perdono a los comunicadores que se expresan mal, me parece que si se equivocan porque no saben, no merecen estar en ese lugar porque hay gente que puede hacerlo bien e incluso ha estudiado para ello; si es porque no les importa, peor aún, porque no son concientes del lugar de educadores que intrínsecamente ocupan, y eso es descartar a la gente.
Yo le tengo respeto a la norma y trato de serle fiel. El idioma español se lo merece. Eso sí…defiendo a ultranza algo que aprendí en el segundo semestre de Facultad de Humanidades, Opción Letras: el idioma español es sumamente productivo: cambia, se altera, se nutre todo el tiempo de lo que nosotros mismos le aportamos. Y a mí eso me parece maravilloso. Así que defiendo los neologismos y los uso con mucho gusto, aún los que suenan medio feos…si los utilizo al hablar, le pongo humor a la frase para que se entienda que lo hago de moderna que soy; si los uso al escribir, no pasa nada… para eso están las comillas. Defendiendo el neologismo, Borges dijo: “todas las palabras fueron alguna vez un neologismo”. Ni más ni menos. Opulenta y categórica la frase, no? Quién se va a poner a discutir… Cuando habla Borges es como cuando juega la Celeste: “todo el mundo boca abajo”.
A Dios gracias, mi hijo Camilo se expresa correctamente al hablar y escribe mejor. Da gusto en ese aspecto el nene… En cambio mi hija Valentina…tiene un hablar gracioso pero distinto. Hasta los 15 o 16 años manejó muy bien el lenguaje. De chiquita daba gusto oírla. Espontáneamente usaba términos que no eran comunes al resto de los niños. Yo me hice ilusiones, claro está. Pero genéticamente Valentina es díscola. Y para diferenciarse y desobedecer, se hizo plancha. Se sabe que “plancha no se hace, se nace”. Pero ella hace caso omiso de la sentencia. No es que esté prendida a la “cultura Nike” ni mucho menos… simplemente habla como los planchas. Me inclino a pensar que no lo hace adrede ni para molestarme, pero ¡me vuelve loca!
Hace un rato la llamé al celular como todas las noches. Transcribo esta especie de conversación:
Yo: Hola Valen, qué contás? Todo bien?
Ella: Maso, Gordita, no sabé…toy quemada mal…fisurada, mirá…
Yo: Por? Qué te pasó?
Ella: Vengo del laburo, tranqui, pancha yo…corte, muerta…porque estuvo salado el día hoy, viste… y llego y…se me rompió la heladera, pero se rompió mal, sacás?Yo: Sí, saco…saco el arroz, me hiciste acordar…disculpá…y si…si se rompió es porque está mal, si no estaría funcionando…Pero viste si se puede mandar a arreglar?
Ella: Nah, tipo que fue…piró…sabélo…Te querés matar…
Yo: No, ni pienso matarme porque a vos se te rompió la heladera, hay cosas peores, te lo juro…
Ella: Tá, Gorda…me estás descansando…y es un viaje esto…
Yo: No, no te estoy descansando, de paso…no te vendría mal descansar un poquito, eh? Capaz que se puede conseguir alguien que te la viche…a ver si conviene arreglarla, digo yo…si querés averiguo por el barrio…
Ella: Nah…es cualquiera andar viendo quién la arregla, además tiene una banda de años esta cosa y está de menos andar gastando en eso, ya está…me rescato y encaro comprar otra…de una…ya le dije al Mauri…
Yo: Y si…de repente les conviene…hay que ver…no te ofrezco plata ahora porque no tengo, pero…
Ella: Nah, Gordita, na’ que ver…vos ni te quemes…yo ya tenía algo encanutado…me manejo…má’ firme!
Yo: Ah, si tengo que firmarte algo no hay problema…no te voy a cobrar una firma a vos…
Ella: Tás de cuento, Gordita, mirá que hoy toy sacada de verdá…jajaja
Yo: Es una bromita para levantarte el ánimo, no te pongas así…si querés pasá por casa y te guardo cosas acá para que no se te echen a perder…
Ella: De más, Gordita…sos un pan…pero nah…tá todo bien, nos manejamos acá con el Mauri…nos vamos a comprar la propia heladera, vas a ver! Sabélo, la propia! Pero un achique de tanto en tanto, bo… no nos vendría mal…somos dos palomas…todos los días un bardo nuevo, de menos… no podé…
Así son nuestras conversas telefónicas nocturnas con Valentina: “corte” Torre de Babel, viste? Dios quiso hacer penar a los hombres y a las mujeres con el desentendimiento, los quiso confundir para que no se comprendieran entre ellos y reinara el caos comunicacional…pero yo no voy a permitir de ningún modo que eso pase en mi familia. Además, a Valentina yo le entiendo lo que dice… En primer lugar: porque me esfuerzo y persevero (como me anotó en el carné mi maestra Elvira); en segundo: porque me gusta esa impronta de rebelde que Valen imprime en su discurso y por último: porque teóricamente, siempre he defendido los neologismos. Má’ firme!
Geniallllllllllllllllllllll!!!!!! La propia rebeldeeeeeeeee! Hay que encarar má, si no, te quedás re por fuera!!!!!! Besooo
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