ROJO VERGÜENZA
Ni composiciones sobre narrativa, ni haikus, ni crónicas de humor, ni el valor de la palabra, ni sentimientos literarios, ni anécdotas, ni nada.Me ganó la realidad.
Me ganó la ira. Y la ira tiene color, para mí que es roja. Yo estoy roja, y eso que de por sí soy pálida y no puedo prescindir cada mañana de mi colorete.
Me venía controlando y diciéndome…”que no, que no, dejá pasar, es muy grueso esto”.
No pude. No puedo quedarme calladita ni mirar para el costado y hablar del Día del Centro o de las desubicadas sandalias de colores que llenan las vidrieras mientras yo estoy a 20 centímetros de la estufa.
Este mismo país tuyo y mío que hace un mes nos llenaba de orgullo cuando se consagró campeón de la Copa América, este pedacito de territorio que estaba en todas las noticias del mundo y era ejemplo de humildad y trabajo en equipo, hoy vuelve a estar en las primeras planas. Pero como “la fama es puro cuento“ hoy no se trata de glorias o triunfos sino de la vergüenza que patentaron unos pocos. Se trata de oprobio y de indignidad. Del abuso de poder. De drama y de tragedia. De lo patético se trata.
Yo nunca estuve ni en la calle Haití, creo. Pero me da vergüenza lo que pasó allí. Se puede o yo puedo, sentir vergüenza por haber nacido en el mismo país que estos energúmenos.
Es que la impunidad da vergüenza. Y acá campea. Si, ya sé que nosotros todos, los uruguayos, somos responsables de eso. Pero algunos no se han dado cuenta, otros sí, pero han mirado y aún miran para el costado y otros…nos ponemos rojos de la bronca, cada vez más seguido.
No quise ver el video de lo que pasó en Haití, hasta el día de hoy no lo he visto. No me importa ni un pepino si la violación existió o no llegó a ser tal, si fue una bestialidad que inventaron para divertirse, si estos desmanes son usuales, si estaban drogados o borrachos, si son tan imbéciles que filmaron con un celular por divertimento y después lo pasaron por bluetooh sin darse cuenta, si hay más casos parecidos o si fue aislado, si también abusaban de mujeres haitianas, si hay intereses políticos atrás del hecho…nada me importa, ni quiero saber o ver más detalles.
Ya sabemos lo suficiente para no banalizar el hecho. Con lo que sabemos alcanza para no entender cómo es posible que en una misión de paz destinada a un país devastado por la desgracia, haya uruguayos que colaboran de esta forma con el infortunio y el abuso de seres vulnerables, cómo es posible que representantes de este país que algún mandatario puso en ese lugar pueden ser tan poco gente, cómo pueden estar tan lejos de la condición humana más básica y elemental.
Muy linda y cautelosa la carta del Presidente y las declaraciones del Ministro.
No me aquieta la vergüenza ni la cara roja, no me consuela…y si no me consuela a mí, ni hablar de los haitianos.
Lo sucedido y trascendido me da asco, rabia, indignación y me deja roja.
Que los juzguen, que paguen, que sufran las consecuencias.
Son adultos, no hace falta bajarles la edad de imputabilidad.
Son imputables, son unos hijos de puta mayores de edad.
A veces, no hacen faltan firmas ni plebiscitos, las cosas son así de claras.
Que esta sociedad entienda de una vez, que la impunidad no es como una calle flechada que corre solo para un lado…
Sigo enojada, triste y con vergüenza, pero me tranquiliza un poco el corazón y la cabeza ponerlo en palabras y dejarlo ver acá…aclarando sentimientos y pensares. Es poco, es la nada misma en palabras, pero me hace sentir mejor que el silencio.
Cuando se trata del accionar de la gente, me gustaría pensar en “quién dijo que todo está perdido” pero lo único que me viene a la cabeza hoy es “qué ves cuándo me ves, cuándo la mentira es la verdad” y yo veo…indignidad y todo rojo, rojo-vergüenza, rojo que tiñe cascos… que dábamos por descontado que eran azules, de un azul parecido al cielo de este país y a la camiseta de los campeones.