Actitud setiembre


En el equipo de setiembre, se ha incorporado Julieta. Tremendo personaje. Tremenda, para visualizar género.
Setiembre me trajo a Camilo hace 29 años atrás. Y ya tenía un equipo por lo menos importante. De setiembre son Mariana, Lucía, Nieves, mi  Titi Yoli, Matías, Charly F., Agustín, Fefi, Andrés, Leti y voy ya mismo por mi agenda a ver si se me olvida alguno y me desheredan. O sea, yo si en setiembre voy a los cumpleaños de la gente, me fundo, así que hago lo que puedo para estar presente. Todo, menos endeudarme.
Claro que Camilo y Julieta -por ser mi hijo y nieta en estricto orden de aparición- son los cumpleañeros más importantes. Ambos son regalos que a mí me trajo setiembre.
Que Julieta ya esté por cumplir un año, me parece increíble. Es como que ya está saliendo del “status bebé”. O por lo menos ahora no voy a andar como una babosa, poniendo en Facebook “feliz cumple mes, Juli”. Ya está, el 22 cumple un año. Niña Julieta, consustanciada.
Yo cumplo con ella un año de abuelez (que me gusta más que abuelazgo) y cumplo 29 años de maternidad a los pocos días. O sea, ellos cumplen, yo me aviejo. Tlin! Ahí toqué una cuerda sensible…pero bueno, no me deprimo, dado que esta circunstancia pasa…en setiembre. No es lo mismo si fuera junio o agosto. Setiembre trae en el nombre alegría, me explico? Es una cuestión de nombre y almanaque, porque capaz que hace un frío riguroso o que llueve como si se acabara el mundo. Pero el estado de una, ya es distinto, la mira está puesta en otro lado.
Yo qué sé, a mí setiembre si me pongo a hacer cuentas,  me da vida. Es un mes enjundioso. Estaré más vieja este setiembre, y sí, pero pasa que cuando tenés hijos y nietos, te olvidás un poco de andar haciendo el inventario de tus arrugas, porque los niños y los jóvenes, que son ellos pero también son un poco “míos/nuestros”, te hacen reeditar  las claves de tu infancia y tu juventud. O algo parecido a eso. Por ejemplo, yo me despierto de noche y a veces me desvelo y de golpe, zácate, me acuerdo de una canción de cuando yo era chica y me maravillo de acordármela para cantársela a mis nietos. Eso viene a ser “reedición”. Obvio, si no prendo la luz, me paro y escribo alguna palabreja, al otro día no me puedo acordar de la bendita canción. Porque estoy grande y algunas cosas se me van de la cabeza. Pero bueno, alguna idea queda en la vuelta y cualquier tarde, zás, me acordé  y se las canté. Aleatorio el pensamiento a las 50, che…
Otro setiembre entonces para ponerme en movimiento, para vivir y disfrutar, arrancó hoy y con inusitados bríos.
Para cantar “queloscumplafeliz” y comer ricas tortas; para festejar el primer año de mi primera nieta que es festejar su vida, claro; para abrazar a Camilo y a mis amigos; para que nos despeine el viento de la primavera que a veces se pone pesado; para enojarnos con las alergias y el polvillo de los plátanos; para maldecir una vez más al que los plantó; para secar la ropa y echar la humedad de nuestras casas; para abrir la claraboya; para echarse un rato al sol que es más amigable que hace unos días atrás; para salir a caminar y sacar muchas fotos de la primavera que abre su cola como un pavo real; para preocuparme por mis plantas y correr a comprar tierra nueva; para admirar el cielo despejado y comentarlo con la vecina; y hasta para mojarnos con las lluvias si vienen…porque son otras, son de setiembre, barren con el polvo primaveral y auguran verdes exuberantes de un verano que está a la vuelta de la esquina.
Esperanzador este mes que acá se llama setiembre, y si cruzás el charco le agregan una “p” en el medio, que lo hace más elegantón pero es el mismo, que no pierde sus cualidades de ser sencillito, y aún con la propuesta de todos los años, siempre anda renovándolo todo con su actitud. ¡Que el verde y el tenue calorcito nos acompañe, feliz se(p)tiembre, amiguísimos!

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Allá en la fuente, había un chorrito"...

Mal día pal gaucho...

En la escala de los números reales