Vos y yo, bilaterales

En el día en que decimos  NO a la violencia de género (25/11/2012), esto me surgió,  como homenaje a nosotros mismos, desde el respeto de todos los días y con el orgullo de sentirme una mujer querida y sobre todo,  tomada en cuenta en sus sentires y creencias. Así, simplemente, me gustaría que pudieran sentirse y vivir todas las mujeres.    

Es para Charly, claro.

Bastante diversos vos y yo ahora que lo pienso.

Yo me críe entre libros y música. Vos me contás que no, que para nada y sin embargo tan lector y tan melómano desde la juventud y adultez.

Vos virtuoso de la guitarra y yo que no le saco una nota ni a una pandereta.

Vos tan prolijo y atento, yo tan descuidada y olvidadiza.

Yo hippie hasta morir, vos tradicional y correcto con tu camisita recién planchada.

Vos de hermosos hermanos y hermanas, yo hija y nieta única consentida.

Vos de familia de trabajadores, yo…ni sé, pero de obreros, nada, eso seguro.

Yo infiel a los lugares y deseosa de mudanzas, vos enamorado de tu barrio hasta morir.

Yo enviciada en todos los caprichos que se me ocurrieron, vos criado en la dignidad y el compromiso de compartir.

Yo tan rocanrol y vos en las antípodas, pero bancándome.

Vos tan preocupado siempre por mí, yo preocupada por todo el mundo.

Yo queriendo vivir en medio del ruido y vos en el campo.

Yo en apartamento, vos en una casa.

A vos te gusta quedarte en casa tranquilo y a mí irme a cualquier lado.

Yo apoyo cualquier expresión de arte contemporáneo que ande en la vuelta, vos decís “estos tipos están robando la plata”, pero siempre vas conmigo para dar fe y testimonio.

Vos te leés todos los diarios, semanarios y revistas, yo me nutro de las noticias que me contás y ando por el mundo repitiendo como la lora que soy.

Vos McGuiver y yo “Break it all” por los Shakers.

Vos decís todo tan fácil y yo mil vueltas, una madeja siempre.

Yo enamorada de las redes sociales, vos correo electrónico y criticándome.

Yo, más chica...vos más grande.

Vos gourmet y yo aplaudiendo y degustando.

Yo, presente en cuanta manifestación y marcha haya en la vuelta, vos mirándola por la tele y comentándomela a mi vuelta a casa.

Yo tan “ñanga” con mis dolores, mis pesares y mis miedos. Vos ahí para solucionarlos todos, de a uno, escalón por escalón.

Tan diversos y tan juntos. Complementados, capaz.

En la diversidad más absoluta se puede ser feliz. Calculo que podemos ser un ejemplo. De los sinsabores de la vida. Ejemplo de diferencias. De dolores y pérdidas compartidas. De encuentros y desencuentros eternos. De formas de vida que a las gentes les han resultado “raras” por no decir “inviables”.  

Tan juntos en el disfrutar juntos. En una casa chiquita y con plantas y asados lerdos. Juntos para brindar una y otra vez y hasta el cansancio. En el amor por el idioma y en la eterna discusión del asunto. En el gusto por una mañana de playa, yo al sol rabioso y vos a la sombra y con gorro.  Tan sensibles y comunicativos los dos en la contemplación artística, en el museo o en la feria de Tristán.

Tan distintos y tan parecidos de a ratos.

Parecidos para reírnos y para llorar a moco tendido.

Si nos preguntaran cómo hacemos, por separado, los dos diríamos al unísono: ¡sólo es cuestión de encontrarle la vuelta!

Calculo que vos y yo bien podríamos ser una foto, para más de uno…

Yo diría más bien para “más de una y de uno”. Y vos no, claramente, lo dirías en masculino, porque es lo que dicta la norma,  y yo agregaría “por ahora”...

En esta descontracturada estructura bilateral nos encontramos y ojalá nos sigamos encontrando, para sacarnos la foto y mostrar que se puede ser “diversos” y estar juntos.  Respetando la diferencia y aprendiendo a considerarla, porque es el costadito que te falta, es la conclusión a la que no llegás con tu pensamiento… y está ahí, ahí, al lado mismo, para tomarla y para que pase a ser parte. No es tan delgada la línea del respeto, no es tan difícil  distinguirla.