"Primero" (con Lucas)
Hace un momentito…30 años hace, que íbamos al primer acto para festejar el Día de los Trabajadores en plena dictadura y después de tantos silencios. Habíamos cocinado ravioles caseros en la casa de Mercedes, Daniel y Laura. Caminábamos por Av. del Libertador hacia el Palacio. Yo era muy joven, tenía 21 años y a Camilo en la panza, 4 meses de embarazo.
Tenía una jumper bourdeau y una camisita blanca. Era la única pilcha de embarazada que tenía. Me la había regalado mi prima Mercedes que había sido mamá hacía poco.
Fuimos llegando al acto con miedo. Éramos un grupete bastante grande y todos estaban rodeándome todo el tiempo, por la panza era el miedo y el resguardo exagerado. Por si en algún momento había que rajar…
Había una multitud en los alrededores del Palacio Legislativo. De camino, no parábamos de encontrar amigos y compañeros. Algunos decían: “mija, qué locura estar vos acá, con tu panza”. Pero yo estaba rodeada de mis amigos, de mi familia. Protegida.
En realidad, rodeados estábamos todos, fah. Nunca me voy a olvidar de ver en las torrecitas del Palacio a los milicos apuntándonos con sus metralletas y nosotros abajo, nerviosos y felices de estar tan “Tiranos temblad”. Tan “tiranos temblad” nosotros.
Me encontré con mi viejo en medio de la multitud que estaba con su gente. Estaba feliz y rezongó, como correspondía, porque “ay nena…no podés estar acá, qué locura, si sabe tu abuela Carmen”…
Fue de esos momentos que no me voy a olvidar nunca, pero nunca.
Hoy hace 30 años del momento ese.
Pero me lo acordé al detalle cuando estuve en la Plaza Primero de Mayo, festejando este otro Día de los Trabajadores.
Con los compañeros de hoy, con los amigos, con mi hija, con mi yerno, con mi nieto.
30 años después, el mismo lugar, el mismo aniversario, las mismas ganas de que la justicia social y la igualdad sean un hecho.
Mi nieto Lucas haciendo “viva-viva” conmigo.
Todo igual y bien distinto. Tranquilos, distendidos y disfrutando del aniversario y el mediodía de clima benevolente.
“Ni un voto a la baja” dice el pin que lucíamos Lucas y yo en nuestros buzos.
Distintas consignas. Distintas luchas. Años que pasan veloces.
Un mismo sentimiento. Solidaridad, equidad, verdad, justicia, un futuro por delante que es de los trabajadores, es de Lucas y todos los niños y las niñas de este 2013, de este 1ro. de mayo de 2013, tan igual y tan distinto. Lleno del mismo amor y las mismas ganas de construir que hace 30 años. Bien distinto, pero igual.
Mediodía montevideano de mayo con locos “bajitos” , Lucas y muchos más, que agitaban globos y lucían pines proclamando que “ni un voto a la baja”, ni un voto!…para abajo, nada.
Cómo va a ser“para abajo” o “a la baja” si ellos quieren crecer!
Y nosotros, verlos crecer aquí, en este bendito país con la esperanza de alcanzar el “pais de las maravillas”para todos y todas. Será, Lucas, seguro que será, aunque nos siga costando y cada tanto, se nos piante un lagrimón.
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