Alcanza y sobra

Mirá, te digo algo…se me acaba de ocurrir.
Si un día cualquiera de tu vida (que espero que sea larga) tenés que pasar por esa cosa horrenda, desmesuradamente angustiante, desesperante... de hacerte un aborto y ojalá “quenuncatepase” como decía una amiga mía (así todo junto lo decía), ojalá...acá, en el Uruguay, en tu país, tengas la posibilidad (básica y  fun-da-men-tal) de tener un médico al lado y de estar en una clínica. Que cuando salgas de ahí, por dolorida del alma y el cuerpo que te sientas, tengas antibióticos y desinflamatorios en la cartera.
Ojalá también (y esto no lo asegura ninguna ley) tengas alguien en tu casa que te esté esperando, que te haga una bolsa de agua caliente y que te lleve un buen café con leche a la cama.  Porque esas cosas te van a curar un poco el alma herida…tener quien te entienda, contar con alguien que no te juzgue y te apoye.
Pero sobre todo, lo más importante de todo, es que si por la razón que sea, tenés que tomar esa decisión, y aun si pasás por ese desolador momento sola, lo importante, te decía...es que tu salud esté asegurada. Tu vida esté asegurada. Yo quiero que acá en Uruguay, ni vos ni nadie tenga que acudir a cualquier sucucho inmundo para que con prácticas indeseables, interrumpan tu embarazo.
Que ni a vos ni a ninguna mujer, por falta de medios, una amiga le diga “hacé tal y tal cosa, ponéte tal y cual” y que vos porque no tenés plata para pagar otra cosa, hagas algo que pueda poner en riesgo tu vida.
Ojalá también, que no haya más médicos que se hagan multimillonarios cobrándole cifras exorbitantes a las mujeres que pueden pagar un aborto seguro y en buenas condiciones de salubridad. Que se hagan multimillonarios si pueden y quieren, ejerciendo la medicina, practicando la profesión para la que se formaron en la Universidad de la República, para lo cual todos hemos contribuido y con mucho gusto, sí, sí, con mucho gusto…pero lucrando clandestinamente no, no y recontradiezmilveces no.
Que por estos días de junio, no te traten de convencer que ir a votar el 23 es “honrar la vida”. La vida que tenemos y queremos honrar, es la tuya.  La que queremos que siga por acá, es la tuya. La certeza es esa y no es poca ni es menor.
Porque a ninguna mujer en su sano juicio se le puede pasar por la cabeza que el aborto es algo liviano, intrascendente o que es cuestión de un momentito y acá-no-pasó-nada. Si ese es el argumento, sencillamente, no saben lo que están diciendo y hablan porque proferir no garpa IRPF.
Vos deciles que no. No vayas a votar.
Vos y yo sabemos. Báh…vos no sé si sabés, pero yo sí sé y por eso te lo cuento. Yo tuve una amiga, que se murió en esa desgraciada circunstancia. Y no quiero ni una muerte más por ese motivo. Ni una sola. Sea mi amiga o sea una absoluta desconocida que vive a 500 km de mi casa. No quiero.
Yo no voy a votar, yo defiendo tu derecho a la vida. Y el de mi hija, mi amiga, mi vecina, mi compañera de trabajo, mi acompañante en el asiento del 79 de todos los días. La de todas nosotras.
Esta jugada, mi querida, es por nosotras. Yo sé que me entendés. No hace falta mucho: con ser mujer, alcanza y sobra. Hasta para dar cátedra.

P.D.: la tiernísima ilustración que acompaña la nota es de mis amigas "Las Quetitas". Me siento "quetita" por eso la usé. Les doy las gracias por todas sus creaciones (entre las que cuento a mi adorada agenda que me acompaña a diario) pero sobre todo les agradezco la alegría, la absoluta sencillez y el compromiso con la vida.

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