VOCIFERO; NI VOTO NI VETO... AUN CON VEDA.
Yo no voto el 23, aunque me encanta votar.
Yo no voto y menos veto el 23… ni ningún día del año.
Yo volanteo aunque haya veda.
Con vozarrón y voluntad, reparto volantes para convencerlas y que no voten.
Vocación vociferante parece que tengo.
Algunas voltearon la cara, con la bola que les dí, jugué un rato al voleiball, te juro.
Yo no voto ni veto. Vehemente, sí.
Que mi vecindario no vete, o sea que no vote.
Que no pongan carita de velorio
Que abran la ventana y vean lo que les pasa a las mujeres.
Que no sean verdugos de nadie
Ni las jóvenes ni las veteranas
Que no sean vetustas.
Que no vayan a votar y menos a vetar mis vecinas.
Yo no voto ni veto.
Yo defiendo el derecho de vosotras, las jóvenes mujeres.
O mejor, decir nosotras
Aunque el final de
estas letras no sea con “vo” ni con “ve”
Que esta vez valga el nos, mujer.
Y salú.
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