Tenemos voz y corazón
Lo cierto es que ya hace un año que formamos un coro, que más bien es un grupo vocal, y que hay en ese grupo quien viene un día o dos y después no aparece más, pero hay un “núcleo duro”. Se lo voy a presentar con sus nombres: Yamila, Noel, Patricia, Andreína, Mónica, Karina y quien teclea en este momento. También está Cris que no viene siempre pero está, por eso hay que mencionarla. Y Camilo (el único muchacho); capítulo aparte.
Todo surgió de las ganas de decir las cosas en las que creemos de una forma más empática o afable. Somos feministas y militamos siempre. Algunos días, cantando. Cuando la idea de formar un coro y crear (o adaptar) canciones con perspectiva de género, prendió en unas cuantas de nosotras, fue que buscamos quien nos enseñara cómo hacerlo, digamos alguien que “hiciera lo humanamente posible” con nuestros “talentos” ocultos (noble tarea, si las hay). Y se ofreció Camilo, que es un pibe que yo conozco, que tiene metida la música en la cabeza y en el corazón. En pocas semanas, las feministas y el profe, forjaron mutuamente un gran cariño y empezaron a divertirse. Sí, a divertirse, porque esto siempre se trató de eso. De unas desfachatadas que le ponen a todo mucha pasión y bastantes abrazos, que cantan como viven (vale decir, a veces bien y otras no tanto) y sumado a lo anterior: la paciencia, las composiciones y los arreglos de Camilo (yo a esta altura podría jurar le vienen sacando alguna cana) que en términos generales, se la banca y lo disfruta.
Como no podía ser de otra manera en estas épocas tenemos un grupo de whatsapp. Intenso, digamos. Insoportable, más bien. Sirve para todo: coordinar los ensayos, búsqueda de horarios y lugares (ah, no lo dije, sí, somos trashumantes: local de La República, La huella de Seregni, local del FIDEL, casas varias, AEBU…en fin, giras por los barrios) , compartir canciones, letras, fotos, videos, críticas, opiniones feministas y políticas, saludos de cumpleaños, organización de asados, actividades públicas y otros menesteres imposibles de relatar. Camilo a veces dice que va a salir del grupo…se le comprende, pero bueno, viene quedándose (emoji carita feliz).
En este grupo coral que intenta cantar tenés el universo: la que cuenta y comparte sus aventuras, la que payasea, la que sacude la melena, la que no para quieta, la que le discute todo al profe, la que alcahuetea al profe, la que le duele algo, la que llega tarde, la que saca fotos de cada encuentro, la que graba las canciones, la que siempre tiene las letras a mano para compartir, la que ceba mate, la que se atora en plena canción, la que quiere hacer un recreo para salir a fumar…para ser pocas, nos manejamos en diversidad.
Les quise contar porque las redes están llenas de testimonios gráficos (¡faltaba uno escrito!) de este grupete que se llama “el coro LasPuñadito”, que es más bien un grupo vocal como ya dije, y que logró forjar en un año no pocas cosas: amistades increíbles, amores de los buenos, pasión por la música, compañerismo, compromiso, actividades con más gente que no sólo canta con nosotros/as sino que hasta aplaude y esa cosa que tanto valoramos y comentamos que es esperar con ansia que llegue cada martes para el encuentro, los besos, los abrazos, el canto…y las fotos, siempre, siempre, las fotos. Chapeau y a seguir, grupete, que nos sobran los motivos, las canciones y el corazón, da.
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