TRANSVERSAL
Claro, ¡creo que entendí! “Hay que andarse de puntillas, por no romper el hechizo”, ¡eso! Si tenés una alegría, apretála en tu corazón y ponéla a durar. También podés dejarla salir un poco y humildemente, para que todos los que te quieren la compartan, pero no hagas muchas olas… suelen ser tan envolventes y a la vez tan impulsivas, que terminan dejando las cosas tiradas en cualquier lado. Terminan desarmándolo todo. Y no es cuestión de andar desarmando las alegrías. No ha lugar. Una vez que aparecieron las alegrías, que se instalen pues. Y en lo posible, que hagan huella, con perfil bajo, pero que dejen marca de valor. ¡Que transversalicen!. ¡Qué palabra! Sí, es nueva…posmo, totalmente de acuerdo. “Transversal: que se extiende atravesado de un lado a otro”. Entonces, el verbo que también es nuevo, sí, posmo, si; digo yo que viene a ser que las cosas se extiendan atravesando otras cosas, de un lado a otro lado y a todos los lados.
¡Que se transversalicen las alegrías, eso es lo que venimos necesitando! Que haya un decreto del Ejecutivo con pena para los que no lo cumplen, y que diga: “Se deberán transversalizar las alegrías que son de todos, en todos los ámbitos de la sociedad deberán expresarse y ser incorporadas a su rutina, como forma de compartir y hacer conocer los motivos de ella, para el beneplácito de todos y todas”. “So pena de apercibimiento”…debe decir también.
Sean apercibidos los uruguayos que hoy no estén transversalizando la alegría de haberle ganado ayer a Argentina. Igualmente aquellos que al menos no esbocen una sonrisa al saber que sobre este suelo charrúa hay un dictador menos. Mitad del vaso vacío: “festejaré si Uruguay gana la copa”…”festajaría si hubiera pagado antes por lo que hizo”. Mitad del vaso lleno: “ganamos ayer y eliminamos a Argentina”, “y sí, cierto, pero hoy…¡se murió!”.
Hay que transversalizar lo que hay hoy y aquí. ¿Optimista genética? No, no. Solamente, acopiadora de momentos únicos, que se van sumando, luego se transforman en recuerdos y siempre se quedan ahí enganchados a la memoria, imprimiendo fuerza y esperanza…para cuando llegan los otros momentos, las otras escenas, tantas…que se deberían también y cómo no, transversalizar…para tomar conciencia.
¡Que se transversalicen las alegrías, eso es lo que venimos necesitando! Que haya un decreto del Ejecutivo con pena para los que no lo cumplen, y que diga: “Se deberán transversalizar las alegrías que son de todos, en todos los ámbitos de la sociedad deberán expresarse y ser incorporadas a su rutina, como forma de compartir y hacer conocer los motivos de ella, para el beneplácito de todos y todas”. “So pena de apercibimiento”…debe decir también.
Sean apercibidos los uruguayos que hoy no estén transversalizando la alegría de haberle ganado ayer a Argentina. Igualmente aquellos que al menos no esbocen una sonrisa al saber que sobre este suelo charrúa hay un dictador menos. Mitad del vaso vacío: “festejaré si Uruguay gana la copa”…”festajaría si hubiera pagado antes por lo que hizo”. Mitad del vaso lleno: “ganamos ayer y eliminamos a Argentina”, “y sí, cierto, pero hoy…¡se murió!”.
Hay que transversalizar lo que hay hoy y aquí. ¿Optimista genética? No, no. Solamente, acopiadora de momentos únicos, que se van sumando, luego se transforman en recuerdos y siempre se quedan ahí enganchados a la memoria, imprimiendo fuerza y esperanza…para cuando llegan los otros momentos, las otras escenas, tantas…que se deberían también y cómo no, transversalizar…para tomar conciencia.
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