DÍAS DE RADIO

La cosa fue así. Primero tengo que aclarar que mi madre y mi marido son ambos fanáticos de la radio. Yo también soy buena y rutinaria oyente, pero no tanto como estos dos.



Hace un tiempito a mi mamá se le rompió su radio preferida, chica, como para escuchar en la cama pegada a la oreja porque a ella no le gustan los auriculares. Me dijo: “llevátela, a ver si Charly que se da maña para todo, la puede arreglar. Si la arregla que se la quede, yo ya me compré otra”.



El susodicho no pudo, a pesar de sus diligentes esfuerzos. Ahí quedó tirada adentro de un cajón con otras inutilidades que solemos amuchar. Hace unos días la encontré y le dije: “che Charly, esta la tiro, no?”…”No, no la tires, me da cosa”, dice él…”pero si no anda, mijo” digo yo…”A ver…pruebo de nuevo”. Le pone pilas nuevas y zácate, empieza a andar como si nada. Chocho Charly. La dejó prendida como tres horas para probar y ni un problema dio el aparatito. Entonces dijo: “¡ahora no se la vayas a llevar a tu madre, ella me la regaló!”…”claro, no, no, tranquilo” dije yo, mientras sumaba mentalmente que esa debía de ser la radio número 14 o 15 que hay adentro de este hogar de 2 x 2. Le conté el hallazgo del arreglo espontáneo a mi mamá, que quedó muy contenta con la noticia.


Una nochecita veo a Charly empecinado en la búsqueda de algo, yo -en otra, como siempre- pero tratando de ser amable y considerada, pregunté si podía ayudar. “Perdí la radio, la que era de tu mamá, no está por ningún lado”…


De mala gana abandoné la computadora por 5 minutos y ayudé, pero no apareció por ningún lado. Me senté de nuevo, diciendo “olvidáte, ya va a aparecer por ahí”…él, ofuscado “no, no va a aparecer nada, no es un botón ni un alfiler…es una radio!...¿vos no se la habrás llevado a tu mamá porque ahora anda, no?”…y yo, ”nooooo, ni ahí, Charly, la radio está acá adentro, en algún lado!”. No me creyó, estaba enajenado y seguía revolviendo hasta adentro del cajón de las verduras de la heladera…


Dos o tres días después, caí con gripe y me quedé en casa en la camucha. De tarde voy a buscar no sé que a un estante en el que hay libros, mis perfumes y 200 cosas más y veo la radio, paradita y apoyada casi sobre el lomo de un diccionario, él es de tapas negras y la radio, gris oscuro. Se habían como mimetizado o más bien el perdido aparatito se había disfrazado de libro. “Pero mirá dónde estabas…perra”, me dije. Y la puse encima de mi mesita de luz muy contenta de mi hallazgo y para acordarme de dársela a Charly.


Cuando llega de trabajar, se acerca a saludarme y me dice: “¿vino tu mamà?”…y yo: “no, no vino nadie”…”cómo que no vino tu mamá…¿entonces fuiste vos a la casa de ella?”…”ay, no Charly qué voy a ir si estoy en la cama hecha patè!”…él…”y entonces, ¿cómo es que está acá la radio?”…yo “ah, la radio…porque hoy la encontré, acá mismo, en este estante, pegada al diccionario”…y él…”no, imposible, ese es su lugar y ahí no estaba, yo la busqué”… y yo “sí, mijo, ahí mismo estaba”… y él ”no, me estás mintiendo, le dijiste a tu mamá que yo me desesperé buscando la radio y le pediste que la trajera de vuelta y hoy vino y la trajo”…y yo “perdón??????, de qué hablás?”…”nunca le dí la radio a mi mamá, y nunca vino mi mamá ni yo fui a la casa!”. El, terminante: “no te creo”.


Y nunca me creyó, mismo que no. Hasta el día de hoy.


Al otro día yo seguía enferma y sí vino mi mamá a cuidarme, ni bien llegó Charly de trabajar le zampó “ah, pícara… como tu hija, eh? devolviste la radio, eh? Lo que se regala no se pide, eh?”…mi vieja no entendía un pomo…Le tuve que resumir los hechos en un minuto y no paraba de reírse, de jurar y de dar explicaciones. Y Charly: “sí, sí, claro…pero miren que son buenas ustedes dos mintiendo!…por favor” y nosotras tratando de explicar, una arriba de la otra… y cada vez nos creía menos. Si ya hace años que Charly nos tiene entre ceja y ceja...a madre e hija...bueno, imaginénse ahora...menos credibilidad que la ex ministra Vignoli, tenemos!


Solo espero que ustedes sí me crean, que la radio estaba ahí desde el primer día, donde tenía que estar y él no la vio en su afanosa y desesperada búsqueda (yo tampoco, eso también es cierto) y que yo no hice todo lo que él dice que sí hice.


Es que acá proliferan los duendes, los tipos conspiran contra mí todo el bendito tiempo y desestabilizan la paz del hogar, lospariò!…ojo, de este asunto de los duendes.. a Charly, ni palabra, porque claramente…tampoco me va a creer, uf!

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