El mal habido diseño de las carteras
Sí, es una frivolidad, lo sé. Voy a escribir sobre “carteras”. Parecerá superficial o intrascendente. Te parecerá a vos porque sos hombre y ya te imagino huyendo de mi nota. Lo bien que hacés, flaco. Si sos mujer, ya te quedás acá leyendo a ver si lo que esta desbordada tiene para decir se parece en algo a tu experiencia diaria.
No existe un buen diseño de carteras, no lo han inventado, en ninguno de sus tamaños y eso que ya inventaron casi todo en este mundo de consumo exacerbado. Vayamos a por un análisis sino serio, al menos, profundo. A saber:
- Carteras chicas: por suerte se dejaron de usar, no sirven para nadita. Todavía están presentes las chiquitas tipo morral/bandolera. Útiles para ir en una escapada a cualquier lado y llevar las llaves, la plata y los documentos. Si sos fumadora, con suerte entrarán los cigarros, caja de 10 preferible…con la de 20 ya se te complica.
- Carteras muy chicas y paquetas: no existen…utilidad desconocida, la sacás del ropero para ir a un casamiento y la llevás porque si no, no sabrías que hacer con las manos: ni una aspirina entra. Testimoniales, totalmente. En general, lindas, no es menor.
- Carteras medianas: son para mujeres medidas y organizadas, léase: cualquiera menos yo. Imposible que entre ni siquiera lo básico que preciso tener cerca tomando en cuenta que me voy a las 9 y vuelvo…algún día. Tienen a favor que no te dejan un surco en el hombro y no te contracturan más de lo que ya provoca la vida misma. Pero al rato de salir ya tenés una bolsita en la mano porque pasaste por la panadería, compraste un paquete de galletitas magras o 4 bizcochos y no hay forma de que entren y puedas correr el cierre.
- Carteras grandes: cuando se empezaron a usar de nuevo, gritamos “albricias” y “thanks God”, pero fue de puro exageradas que somos. Por lo general, no tienen reparticiones, se mezcla todo, lo chico se va para el fondo, el fondo la juega de divertido y esconde todo a propósito, a tal punto que casi siempre se descose y encima las cosas se van para el fondo del fondo. La abrís como desesperada y te parás en algún murito para vichar para adentro, pero como luz no tienen, seguís sin encontrar el pendrive o la moneda de dos pesos que te falta para el boleto. Son grandes, pero no tan grandes, así que el paquete de galletas magras, tampoco entra. Y si entra a prepo, se te rompen las galletas, ojo. Así que vas por la vida con cartera grande y bolsita de nylon con galletas que es lo menos top que puede haber en este mundo sinsentido.
- Carteras muy grandes: la compraste pensando que era la salvación de tu desdicha y el fin de las bolsitas. Es peor que la anterior. Como mucho en un costado tiene un desgraciado bolsillito con cierre, que vos pensaste utilizar para las cosas chicas. Error: es chico el bolsillito. No entrarán el celular, las llaves de tu casa, las de la oficina, los Kleenex, el pendrive, los cigarrillos, el encendedor, la caravana que se cayó recién al suelo y la tarjeta del STM. No insistas, todo no entra. Así que te agarra el arrebato y tirás para adentro del barril sin fondo. Suertempila. Llegás a la oficina y en el mero escalón vas a tener que sacar todito para afuera si querés encontrar las llaves. Eso sí, las galletas entraban lo más lindo. Si no fuera porque en la locura de tirar todo para afuera, reventaste el paquete de galletas contra el escalón y quedaron hechas paté. Como mucho, servirán para meterlas adentro de la solitaria sopita Quick de pollo que te vas a tomar al mediodía. El carterón te deslomará el día entero por su peso desmedido y llegarás a tu casa cual Quasimodo, pero sin campanas al vuelo. En esta categoría de las “muy grandes” tendrás que tener en cuenta el tema del “asa”, porque las hay largas, medianas y cortas. Largas, es de locos, viste? Tremendo carterón no te lo vas a cruzar para un costado. Las de asas cortas son inmanejables. La corrés para adelante para buscar la plata del ómnibus y como que no giran, se trancan en el medio, mucho bulto y poco movimiento, no sé si me explico. Aconsejo las de asa mediana. Por decir algo, porque, convengamos…las carteras muy grandes son “a pain in the ass”che.
Lo que realmente está bueno son las mochilas. Espacio de sobra, entrarán las galletas y si el ómnibus no va muy lleno, llegarán a destino casi bien. Bolsillos por todos lados, lo cual facilita la vida. Yo elegí mochila, sin duda, es lo mejor. Eso sí, debería hacerme un planito para no tener que acordarme en qué bolsillo guardé qué cosa y no andar como una loca abriendo y cerrando 10 cierres y mirando para el costado, desconfiada de los robos y de no desperdigar contenido. Sin duda, la mochila es lo mejor…pero como nada es perfecto, conozco a alguien que una vez, se bajó de un taxi con la botellita de agua en la mano y dejó la mochila olvidada. Será de Dios…
Bien ahí!! Ahora si podré elogiarte como se debe y dejarte muchos comentarios de lo lindo que está tu blog. También no dejar de expresar mi admiración por esta carrera tuya! Avanti!
ResponderEliminarNo hagan caso, gente! Es mi hijo! ajajaja
ResponderEliminarGracias, Camilitus! tá lindo y visitado el blog, ahora que arreglamos lo de los comentarios inexistentes y si tenemos suerte y les sacan el yeso de los dedos...maybe...se animen! Besos amore!