Claudi@sidades

El 25 de setiembre de 1983 yo estaba muy embarazada, como por parir estaba. Me desperté pletórica, liviana… y me puse a limpiar. Me acuerdo que estaba encerando el piso — lo que nunca—  y que me había dado por encerar hasta debajo de la cama, tarea difícil con aquella panza y tomando en cuenta que nomás engordé 21 kilos en el embarazo. Como de costado estaba tirada en el piso para llegar a todos los rincones, ¿me entendés? Pero es que ¡me sentía de bien!, livianita estaba, rarísimo. Era el día de la marcha de la ASCEEP FEUU. Y después había caceroleada… para conmemorar la primera caceroleada, que había sido el 25 de agosto. “ Vos a la marcha, con esa panza, no vas ”, me dijeron. “ No voy ”, dije seria. “ Igual tengo que ir a la Española (casualmente en Bulevar Artigas por donde va la marcha jiji) a conocer el bebé de XX y XX ” Los XX eran unos amigos que habían sido padres hacía dos días. Me fui a la Española en un 141, sola, tranqui, modosita. Me acuerdo que las enferm

Los bailarines volaron. Se remontaron en cada gesto. Fueron ángulo o tabla irrestricta gaviota bicho bolita o cuadrado perfecto tijera en movimiento cazuela para la sopa manos como pajaritos alas en los músculos articulaciones disidentes. Se alzaron frenéticos los bailarines. Se disolvieron para quedarse encerrados y libres. Se desmijagaron en mis pupilas planearon sutiles con la música que tocaban sus cuerpos mientras se trasladaban, Como una tijera o un bicho bolita que quiere ser otra cosa. Y los sentidos de nosotros, los mortales se sintieron huecos y trataron de reaccionar y asir la huella que imprimían los bailarines en la creencia y en la fe de su danza Mientras sus cuerpos los dirigían era el alma de todos ellos, la que bailaba endemoniada arriba de aquel escenario. (Para la Compañía de Danza de San Pablo, después de verlos)

Se estiran lánguidas sobre el vidrio para encontrarse se engordan entre ellas se concentran se apretujan se arraciman orgullosas se adhieren se despegan antojadizas se separan en paralelo se sesgan se oblicuan se verticalean se pegan unas con otras para volver a ser una que se estira sobre el vidrio. Que se deja caer en estallido hacia la canaleta que está abajo del vidrio la canaleta que sostiene al charco el charco que explota de agua con el sonido de todas las gotas del mundo. Y de ella que cuando se dejó caer fue gorda, potente y melódica. Es para el charco que se dejó caer. Es una más con todas sus gotas adentro con su propia música de gota gruesa que fue muchas y terminó siendo una sólo para hacerse oír en la canaleta que no por terminar siendo charco deja de ser tan río.

Son tiempos de mucho entredicho estos que transitamos. A veces a mí me pasa que me aquieta y tranquiliza decir lo que pienso y porqué. A veces… nada, casi todos los días me pasa. Y como yo pienso con los dedos arriba del teclado —porque neurona me queda una y en péndulo— es que tiro algunas letras y luego las comparto. Porque existen las redes sociales y tengo un blog. Y porque hay unos pocos locos/as sueltos/as que pierden el tiempo leyéndome. Esta vez vengo a decir algo que ya todos por acá saben y que viene de la mano de algo que también todos saben: redundante yo. Soy del Frente desde todita de mi vida, tengo el gusto de decir que vengo de una familia con esa tradición y hoy/ahora, estoy apoyando con énfasis las candidaturas múltiples para las próximas elecciones. Sí, estoy apoyando la candidatura de Constanza Moreira. No suspiren…ya les avisé que sabían las dos cosas, sólo estoy argumentando mis pensares. No soy antinadie ni estoy en contra de nadie. Soy del Frente

Yo tengo una cajita que más bien es un “baulito” lleno de recuerdos. Me la regaló Charly para un cumpleaños. Él es así. A veces me regala cosas necesarias para la vida, como ser un par de championes y otras veces… también. O sea, él ve que es una estupidez lo que me está regalando, pero que a mí me hace falta. No porque yo sea estúpida. Sino más bien que el tipo hace años que me entiende el alma. Yo soy muy requechera. No paro de juntar y guardar. A mí me gusta preservar la memoria y me creo (tonta yo) que algún día que yo no esté por acá, a alguien se le va a alegrar la vida recorriendo mis recuerdos, que son de ellos (los investigadores) y míos y de otros, que ellos (nuevamente, los investigadores) no saben ni de su peregrina existencia. Así que hace años que tengo ese bello baulito, el de la foto, en algún lugar de mi sagrado, propio e inviolable escritorio, llenito de porquerías que para mí son tesoros. En la rutina, casi no me acuerdo del baulito, pero bueno…a veces lo

Esto de juntarnos los fanáticos de Cuque Sclavo en un grupo en Facebook y ponernos a reflotar notas, fotos, tirar letras, me tiene bien contenta y entusiasmada. Creo que también voy a deslumbrar a mi mamá —la “hermana de leche” del gran Cuque—, que es anticomputadora, antivirtualidad.  Seguro que cuando venga a tomar unos mates a mi casa y le muestre las publicaciones, las fotos, se va a poner feliz y se va a emocionar, calculo. A mí me pasan varias cosas. Pero sobre todo me pasa que desde que se fue Cuque hace unos pocos días y tiré algunas letras para homenajearlo y decirle “hasta luego”, he recuperado Sclavo(s). Primero Ernesto, luego Laura, Patricia, Claudio. Mails que van y vienen. Nuevas amigas/os. Largas charlas en el chat de Facebook, fotos comentadas. 30 años de cosas para decirnos. Es como que si el hecho de que Cuque se haya ido en su muerte viene dando tanta vida y tanta palabra, acercando tanto vínculo. Es como que hubiera un cometido aún en un hecho bien triste

Sueño que entro a Fb y  vos estás conectada y nos reímos Sueño tu voz todo el tiempo Y tu foto y tu pelo lacio Sueño que estoy pariendo Un bebé chiquitito que habla como Cervantes Sueño que Roberto Bolaño está vivo Y que no existe el cáncer Sueño que entro a casa y está Nano Sueño una chacra y un sapo y un poncho de vicuña Sueño y no me acuerdo En qué lugar dejé los sueños De mis sandalias rosadas. En qué lugar. Sueño mares transparentes de aguas verdes y frías En qué lugar están los mares verdes de papel Con tazas y platitos Con vasos y hielos En qué helado de frutilla, con qué copo En qué melodías, con qué rockanroles, con cuál bandera. Sueño que juego con reglas que no entiendo Son los sueños que no encuentro En qué mochila Fue que dejé los sueños Y en qué lugar dejé la mochila que es mi única mochila pero no me puedo acordar.