Zona cero
Vivir en utopía, vivir en armonía, vivir en el amor, vivir en la paz y en la calma…¡vivir en cualquier lado menos en mi casa!
Otra vez abunda el caos, es como la zona cero pero sin New York y sin luminarias. Siempre en obra esta casa…te digo yo…es karmático este asunto.
Ahora le tocó a mi escritorio, que supo ser años atrás el dormitorio de Valentina (yo siempre lo miré con cariño pensando que algún día..). ¡Tan lindo mi escritorio! Lleno de libros, adornos, con un sillón cómodo que invita a la gente a tirarse, con estantes de discos y más libros, con afiches y cuadros y fotos. Así era.
Pero un día desarmamos una biblioteca y luego la otra y la pared se caía de humedad, más las manchas del techo, más…¡ay!. Reforma completa. “Acá hay mucho para hacer” dijo el entendido.
Empezando por la azotea. “Primero hay que hacer la azotea, impermeabilizar bien, todo, para que no filtre más agua ni humedad”. Eso se hizo. La humedad pasaba por la azotea de los vecinos, no por la nuestra, así que le dieron una pintura blanca tipo plástica (qué se yo, no me pidan detalles…). Las vecinas se pusieron como locas, que era feo, que quedaba horrible, que el blanco se ensucia, que sacaramos ya esa porquería. No sacamos nada, porque a ellas les quedaría feo el piso pero a nosotros ¡se nos llueve el techo! Para arreglar el lío de vecindad, se pintó arriba con otra pintura impermeabilizante color terracota, muy parecido al color del piso original. Quedó muy lindo. Al menos las susodichas, dejaron de proferir. Nosotros ni preguntamos, como si nada: buendía-buenastardes-todobien-chauchau.
Segunda parte de la obra: mi escritorio. La movida empezó today, 9 o’clock in the morning. Las dos paredes con humedad endémica serán recubiertas con unas chapas de yeso, que se colocan con un poco de distancia y (dicen) aíslan la humedad. Prolijas y lisitas, luego se pueden pintar como se quiera. En principio, creo que blanco, todo blanco. Ya está con el pop-art en mi casa, me cansé, soy una señora grande y debo empezar a asumirlo (el blanco me permitirá grafitear algún día si me enloquezco del todo ja…ssshh, a Charly ni palabra).
Así que acá estamos los dos, metidos en el dormitorio y tomando mate tirados en la cama, porque el resto de la casa está como amuchado y apretujado en objetos. En el dormitorio tampoco hay lugar, porque además del elenco estable (dos placares, dos camas, mesa de luz, rack con tele y porquerías varias) se le han sumado cosas del escritorio que no entran en ningún lado: mi silla giratoria, otro silloncito chico, los parlantes del equipo (gigantes), el equipo…en fin…todo muy rico.
Me la tomo con calma, ¡cuando termine va a quedar tan lindo! Y capaz que en el proceso me decido, me compro la rifa de Arquitectura y soy la feliz poseedora de ¡un apartamento a estrenar! En el cual no podré pagar los gastos comunes seguramente, pero tampoco me voy a andar adelantando y poniendo peros y quejas desde el vamos. Conservo la esperanza de convertirme de una vez por todas en “la nueva uruguasha”. La que no recicla, la que no reforma, la que consume a gusto y vive como quiere, ¡eso me gusta!
Mientras tanto, la obra “to be continued”, una vez más, esta casa lucirá por unos días el cartelito de “cerrado por derribo”.
Si la suerte nos acompaña, para estrenar mes de mayo y festejar el día del laburante (que bien merecido lo tenemos), brillará el sol y haremos asadito arriba, de paso olvidaremos un poco lo que pasa acá abajo. Si llega llover, eso sí…les pido que me tengan presente en sus oraciones…¿Santo de la Reforma o la Obra de Construcción habrá? Qué se yo…que se expida alguien del SUNCA, un poco de voluntad, che... por favor…
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